Ya hay cuatro clausuras de bares y boliches en la costa central

La actividad nocturna y fundamentalmente el funcionamiento de los boliches vuelven a estar en la mira con la muerte de Carlos Orellano, el joven de 23 años que el domingo fue a bailar al local Ming y luego su cuerpo apareció en el río. Tras la clausura preventiva del lugar, la Municipalidad puso a disposición de la Fiscalía el expediente donde consta que el lugar tenía una habilitación vigente hasta 2022 y había sido inspeccionado en 20 oportunidades desde diciembre pasado. Además, la Intendencia ratificó la política de fiscalización que se viene llevando adelante e indicó que, como resultado, ya son cuatro los bares y confiterías bailables de la costa central que se encuentran actualmente clausurados por diferentes faltas a la normativa vigente.

“Desde el inicio de la gestión tomamos con mucha determinación la aplicación de la normativa vigente y a partir de eso se ha generado una serie de clausuras y acciones tendientes al orden, a algunos les resultará molesto, pero estamos dispuestos a hacerlo cueste lo que cueste”, señaló ayer el secretario de Gobierno del municipio, Gustavo Zignago, y dejó en claro que “la prioridad ahora es acompañar el reclamo de Justicia de la familia de Orellano, para lo cual se puso a disposición del Ministerio Público de la Acusación (MPA) toda la información disponible”.

En ese marco, el municipio destacó el refuerzo de las tareas de control que se vienen llevando adelante desde diciembre pasado; no sólo indicó que el propio Ming fue inspeccionado 20 veces desde entonces, sino que además ya son cuatro los locales gastronómicos y boliches de la costa central que fueron clausurados por diferentes infracciones, incluso algunos de los más emblemáticos.

La secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayru, detalló que el pasado jueves se dictó la clausura preventiva por 15 días del popular bar Davis, que funciona junto al Museo de Arte Conteporáneo (Macro), en la instersección de Oroño y el río, por difusión musical con parlantes al exterior del lugar y otras faltas previas.

Ya a inicio de este mes, a la terraza del restaurante Los Jardines, que funciona en el predio del Club de Pesca Guillermo Tell también se le determinó el cierre por 30 días por la difusión de música con parlantes, en el marco de un caso que ya había dado que hablar tiempo atrás por irregularidades en el uso del predio.

Un día más tarde, fue el turno de La Misión del Marinero, el boliche que funciona en el parque España, que fue clausurado por la medición de decibeles por encima de lo permitido, además de otras faltas menores.

El caso Ming

Luego de la desaparición del joven de 23 años ya en la madrugada del lunes, y mientras familiares y amigos atravesaban las angustiosas horas de espera, el boliche Ming volvió a abrir sus puertas esa noche. Desde el municipio argumentaron que hasta ese momento no había existido pedido previo por parte del MPA ni se había explicitado la hipótesis de que el joven habría sido golpeado en el interior de la disco por patovicas previo a la desaparición.

Por eso, fue recién durante la mañana del martes cuando se definió la clausura preventiva por 45 días corridos, fundamentada principalmente en la normativa que establece “la obligación al propietario de velar por la seguridad interna y la tranquilidad externa del local”, y dejando abierta además la posibilidad a nuevas medidas.

Así lo explicó el secretario de Gobierno al recalcar “la vocación política de hacer lo que hay que hacer”, y detallar que en el decreto firmado por el intendente Pablo Javkin “el Ejecutivo se reserva para sí analizar condiciones de higiene, seguridad, o funcionamiento o cualquier otro antecedente de relevancia para resolver medidas definitivas”.

Lo cierto es que tal como consta en el expediente que está en manos de Fiscalía, Ming cuenta con una habilitación renovada en 2017 para funcionar en el rubro de bar, restaurante y confitería bailable, que está vigente hasta 2022, y que ahora, tras la medida tomada, quedará sujeta a revisión.

Además, desde Control indicaron que el lugar había sido inspeccionado en 20 oportunidades desde diciembre pasado, “un promedio de dos veces por fin de semana”. En esos operativos, se detectaron dos faltas: difusión musical fuera de horario y la difusión de música al exterior trascendiendo los límites del boliche.

El lugar modificó por última vez en septiembre de 2015 su composión societaria. Actualmente Carlos Bergaglio y Guillermo Woelflin son los actuales integrantes del grupo Ming SRL.

Piden que la cuestión de la noche sea clave

El Concejo Municipal tiene ahora la mirada puesta en el discurso que el miércoles próximo dará allí el intendente, Pablo Javkin, durante el acto de apertura de las sesiones ordinarias de este año. Están quienes esperan que el reordenamiento de la ciudad y, fundamentalmente de la noche, se ubique entre las claves de esa agenda. Mientras tanto, en el Palacio Vasallo, ya ingresaron dos proyectos que proponen que el Ejecutivo evalúe darle la caducidad definitiva al boliche Ming River House (donde concurrió un joven que luego fue hallado muerto en el río) que tienen como contracara voces que piden “no apresurarse”.

El concejal del bloque Juntos por el Cambio, Carlos Cardozo, recordó que desde hace siete años se intenta discutir la normativa que rige la actividad nocturna y espectáculos públicos y el actual Código de Faltas, dos normas que, todos coinciden que deben ser modificadas, pero que, a su entender, “naufragaron por la falta de voluntad política de la gestión anterior, a cargo de Mónica Fein al frente del Ejecutivo”.

Por otra parte, ya son tres los bloques que impulsan la posibilidad de que el boliche Ming pase de la clausura por 45 días a la caducidad definitiva de la habilitación. Así lo planteó Cambiemos a través de una iniciativa, al igual que un proyecto conjunto del concejal del Creo, Fabricio Fiati, y la propia presidenta del cuerpo, María Eugenia Schmuck (Radical). En ambos casos, le encomiendan al Ejecutivo evaluar la sanción más severa para el boliche donde estuvo el joven de 23 años.

Sin embargo, Cardozo llamó a “no apresurarse” y esperar los avances de la investigación judicial, y recalcó que “sin el resultado de la autopsia, ni registro de las cámaras de seguridad y sin la declaración en la Justicia de la totalidad de los testigos, es apresurado pedir la clausura definitiva”.

Exigen más investigación

Para el diputado del Frente Social y Popular, Carlos Del Frade, la desaparición y muerte de Carlos Orellano se produce en el “contexto de balaceras en boliches que tienen que ver con un potencial servicio de protección que darían las distintas pandillas de la ciudad vinculadas a las bandas de Los Monos y de Estaban Alvarado”. Por eso, el legislador hizo hincapié en que el hecho que se dio en el local de La Fluvial “no aparece lejos de ese universo” y recalcó la necesidad de investigar no sólo “la propiedad y los dueños de cada uno de los locales”, sino además “las relaciones económicas de esos boliches y los manejos y destino del dinero que recaudan”.

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