Clausuraron parador en las islas del Delta frente a Rosario donde se realizaban fiestas electrónicas

El negocio, propiedad del ganadero Enzo Federico Vignale, acumuló una serie de irregularidades por organizar fiestas electrónicas clandestinas y sin autorización,

El predio fue objeto de clausura preventiva a principio de año, luego que fuera allanado por la Justicia Federal por realizar una mega fiesta bailable sin habilitación en el Área Protegida Islas y Humedales de Victoria.

Entre los considerandos se concluye que las actividades mencionadas produjeron un “daño ambiental cierto y consolidado” con riesgo de ser mayor. Ahora, los responsables del campo deberán presentar un “plan de recomposición” del lugar.

El pasado 17 de julio, la secretaria de Ambiente entrerriana, Rosa Hojman, firmó la resolución Nº 1.634 por la cual impuso “la clausura total y definitiva de toda actividad vinculada al establecimiento denominado ‘Wakeland’”, según se lee en el documento al que accedió ERA Verde. La firma de esparcimiento y organización de eventos de música electrónica se encuentra ubicada en un lote sobre la ruta Nacional N° 174 que une Victoria con Rosario, en el kilómetro 7 lado sur, en el ejido de la ciudad entrerriana cabecera del departamento.

Sobre los titulares del predio, Enzo Federico Vignale y Mónica Elisa Cisneros, recayó una intimación para presentar un Plan de Recomposición Ambiental “en relación al impacto constatado, en un plazo no mayor de Veinte (20) días” de que sean notificados “bajo apercibimiento de requerir el cumplimiento del presente artículo por vía judicial”.

Por otra parte, se notificó a resolución a la Municipalidad de Victoria “a los efectos que evalué la revocación de cualquier habilitación comercial realizada en relación al inmueble identificado”.

Reincidentes

De acuerdo los considerandos conocidos por ERA Verde, se llegó a esta medida tras evaluar el recurso de rechazo interpuesto por Vignale a la clausura preventiva dispuesta en la Resolución N° 100/24 con fecha 8 de febrero del corriente. Mediante la misma se inició un “procedimiento sancionatorio” ante la constatación que en “Wakeland” se realizaron “eventos públicos masivos, concretamente fiestas de música electrónica, careciendo de toda habilitación o certificación a tal efecto”. Se dejó constancia que, a la hora de los descargos, Vignale no interpuso ninguno “ni existió ofrecimiento de pruebas”.

En los fundamentos, se hizo referencia a que Vignale y Cisneros ya se encuentran investigados por “violación a normas ambientales por actividades en el mismo predio (movimientos de suelo para el levantamiento de un tajamar artificial, modificación del paisaje y extracción de flora silvestre)”, así como por otro mega “eventos masivos en el mismo inmueble, pero organizados por otras personas”. En este orden se mencionó que son numerosas las “actas y sanciones aplicadas por la Municipalidad de Victoria”.

Daño ambiental

En cuanto al impacto, se indicó que “la simple presencia de residuos, propios de un evento masivo, sumado a los danos a la flora autóctona constatada, arroja la conclusión que ha mediado daño ambiental cierto y consolidado, sin que haya existido ninguna propuesta tendiente a su recomposición; y que la presencia de vehículos y de miles de personas, las emisiones sonoras, la generación de residuos, en particular plásticos, todo ello en una isla a la vera del río y sin ninguna clase de Plan de Gestión Ambiental que minimice los impactos pone de relieve que el riesgo de la producción de más daños ambientales es alta”.

En otro tramo de los fundamentos, se dejó expresado que la único trámite iniciado para intervenir el lugar es para un proyecto de “biopiscina” y que fue rechazado por el titular del Juzgado Federal de Victoria, Federico Martin, porque comenzó la construcción con obras sin estar declaradas y sin contar con el certificado de aptitud ambiental.

Sobre este marco de infracciones, se reiteró que el inmueble donde se constataron las infracciones se encuentra en un Área Natural Protegida, “con plan de manejo que regula este tipo de actividades habiendo hecho caso omiso a dicha regulación” y que el “río Paraná transcurre en los alrededores”. Así, el impacto que produzca las actividades denunciadas “sin ninguna clase de plan de gestión es susceptible de alterar este bioma”.

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