Francisco pidió una Iglesia libre de «vínculos ambiguos con el poder».

«Siempre necesitamos ser liberados, porque sólo una Iglesia libre es una Iglesia creíble»,  sostuvo el Papa durante la misa que celebró en recuerdo a los considerados apóstoles por la tradición católica y en la jornada que se conmemora el Día del Pontífice.

El papa Francisco pidió este martes una Iglesia libre de «vínculos ambiguos con el poder», al celebrar en el Vaticano la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.

«Siempre necesitamos ser liberados, porque sólo una Iglesia libre es una Iglesia creíble», planteó el Papa durante la misa que celebró en la Basílica de San Pedro, en recuerdo a los considerados apóstoles por la tradición católica y en el día que también se conmemora el Día del Pontífice.

En ese marco, Jorge Bergoglio consideró que, «como Pedro, estamos llamados a liberarnos de la sensación de derrota ante nuestra pesca, a veces infructuosa; a liberarnos del miedo que nos inmoviliza y nos hace temerosos, encerrándonos en nuestras seguridades y quitándonos la valentía de la profecía».

«Como Pablo, estamos llamados a ser libres de las hipocresías de la exterioridad, a ser libres de la tentación de imponernos con la fuerza del mundo en lugar de hacerlo con la debilidad que da cabida a Dios, libres de una observancia religiosa que nos vuelve rígidos e inflexibles, libres de vínculos ambiguos con el poder y del miedo a ser incomprendidos y atacados», agregó.

Así, durante la ceremonia en la que se bendijeron los palios de 34 arzobispos nombrados recientemente, el Papa convocó a una «liberación del pecado, de la muerte, de la resignación, del sentimiento de injusticia, de la pérdida de esperanza, que envilece la vida de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo».

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