El Gobierno puede demostrar el logro de un veto, pero no la baja de la inflación
Argentina está rota. La política está rota. Los partidos políticos están rotos. La irrupción democrática de Javier Milei rompe a una democracia fisurada. Sí hay que reconocer que el Presidente libertario fue realizando una metamorfosis en estos nueve meses. De su comienzo a espaldas del Congreso, a arremangarse y meterse en el barro de la política para rescatar para el “bien” a “degenerados políticos” y decidir presentar el Presupuesto -emulando al gobernador santafesino, que trabaja los domingos- este domingo a las 21, en la propia casa de “las ratas inmundas”.
Debe saber el Presidente que su victoria pírrica contra los jubilados lo deja a tiro de toda ley que el Congreso quiera (87 votos con “persuasiones” de la baja política, no lo acerca a los necesarios 129 votos). Es decir, hay en el Congreso una mayoría sin conducción, pero mayoría al fin. Cabe destacar que, así como diputados de la UCR fueron “facilitadores”, también un diputado del PRO, Álvaro González, hizo el camino inverso, desmarcándose de su propio bloque y votando contra el veto.
El diputado Miguel Pichetto anticipó que, de quedar el veto firme -cosa que ocurrió- , los juicios que se avecinan serán más onerosos a la caja del Gobierno que los $16/18 mil de aumento que preveía la ley degollada. El Dr. Eugenio Semino le adelantó a Infobae que este próximo lunes ya comienzan las presentaciones por inconstitucionalidad de la mano del Dr. Andrés Gil Domínguez contra el veto del Ejecutivo.
Es probable que el Gobierno anuncie un aumento a jubilados. De ser así, evidenciaría el capricho del Presidente, que pagará un costo político. Los jubilados aportaron, por cada millón de pesos que su gobierno recortó, $259.124, según el Instituto de Consenso Federal.
Hace solo cuarenta años, en 1983, el Parlamento era una institución respetada, lugar de profunda discusión democrática, con gran incidencia de los intelectuales y escucha especial a la voz de la ciencia. Un lugar donde el diálogo y la palabra pública tenían una potencia ensordecedora. Aquella democracia de partidos políticos tenía principios que defender. Hoy, ¿qué defiende la actual democracia?
El Presidente cree que puede sobrevolar y/o atravesar con inmunidad el dolor de los millones de pobres que hoy componen ese 50% de ciudadanos vulnerables: jubilados, asalariados, descartados. Esta cronista cree que estamos atravesando un momento clave de tensión política y económica. El Gobierno puede demostrar el logro de un veto, pero no la baja de la inflación.
El apoyo social viene decayendo. Lamentablemente, las oposiciones no salen de su letargo. Nadie quiere arriesgar porque el 2025 está cerca. Es lo contrario: mientras más especulen, menos creíbles serán. Hoy sólo lidera Milei porque la fragmentación y la especulación de quienes no piensan como él así lo decide. Son responsables. Ante este panorama, es probable que el Gobierno se radicalice aún más, se vuelva más agresivo y vulgar. Pero esto último no le hará mejorar su performance económica.
El gobernador santafesino Pullaro se enfrenta a un gran dilema, que es si para defender los intereses de su provincia ante Nación, acordando y/o avalando ciertas leyes, puede -su capital político- quedar atrapado en el abrazo de Milei. Lo separa una delgada línea.
Pullaro, que no tiene oposición y que intenta tener otros modales a los del Presidente (Invita permanentemente al ex gobernador Perotti a compartir actos y/o visitas importantes), va por reformas muy trascendentes.
Esta semana, casi sin discusión previa en comisión, la Legislatura santafesina, en una escandalosa sesión en la que se llamó a votar con tensión en la calle y desorden dentro del recinto, y cuando aún no habían terminado las argumentaciones de las distintas posiciones, la Ley de Reforma de la Caja de Jubilaciones fue aprobada por 23 votos. Muchos diputados anuncian que irán a la Justicia para anular la sesión.
Va por la reforma de la Constitución provincial y por la remoción de todos los ministros de la CSJ que hayan cumplido 75 años.
Hubo una reunión el pasado domingo a las 7.30 en la Casa Gris con integrantes de la misma. Algún ministro quedó satisfecho -fue respetuosa y racional-. Lo que Infobae no logra descubrir -hay gran hermetismo- es si los ministros de la Corte que el gobierno santafesino quiere que renuncien, lo harán. Otra de las dudas es si las citadas renuncias serán a través del diálogo y el consenso, como ayer declaró el gobernador, o habrá algo más. El presidente de dicha Corte, Dr. Rafael Gutiérrez, desafió al Ejecutivo diciéndole: “Me voy cuando quiero”. El Ejecutivo provincial cree que es un dicho irresponsable y que, si bien reconocen 30 años de servicio eficiente, hay un límite para cada cosa.
Todo indica, según trascendió en voz de un ministro del gobierno, que lo que pretenden de la nueva Corte es que dé respuesta a la ciudadanía en serio, que aporten a IAPOS (la obra social provincial), que paguen impuesto a las ganancias (esto sí sucede con quienes ingresaron a la Justicia a partir de 2018), que su función no acabe en lo técnico y que sus fallos tengan en cuenta el proyecto de provincia que se quiere.
En cuanto al tema de la edad, el presidente de la Corte, Gutiérrez, le dijo a este medio: “En cuanto a la edad de retiro, no se aplica la Constitución Nacional, que establece 75 años. Aquí se aplica la constitución provincial ,que sólo pide idoneidad para ejercer el cargo. A su vez, la Ley de Enjuiciamiento dice que los jueces permanecerán en sus cargos mientras tengan buena conducta”.
En cuanto al IAPOS, el Poder Judicial aclara que sólo el 10% de sus miembros no aporta a dicha obra social. Ante este panorama, el gobierno provincial sostiene: “Estamos todos notificados, está cerrado desde lo técnico y lo jurídico”. ¿Será?
Así como decíamos anteriormente el gobernador transita una delgada línea política entre su autonomía y la cooptación de Milei, puede, en su intento de renovar la CSJ, transitar una delgada línea en lo que respecta a la división de poderes.