Crudo relato de una mujer encerrada en el baño que escuchó cómo asesinaban a su hijo.

Ya son dos los imputados por el asesinato de Norberto Iunnisi, a quien intentaron robarle las escrituras de una vivienda.

“No me hagas esto Martín, no te voy a delatar”, fueron las últimas palabras que Juana Antonia Coronel le escuchó decir a su hijo, Norberto Iunnisi, la mañana del 14 de enero. Ella estaba encerrada en el baño, adonde una mujer la había obligado a entrar. “Vieja no te metas que con vos no es la cosa”, le había dicho. “Dame la escritura, dame la escritura”, alcanzó a oír de parte de una de las tres personas a las cuales Norberto les había abierto la puerta de la casa con la idea de avanzar en la venta de una propiedad. Cuando por fin hubo silencio la señora salió y se encontró con una imagen espantosa: su hijo tirado en el piso sin reaccionar y un charco de sangre que crecía a su alrededor. Lo habían apuñalado en el pecho tantas veces que según el preinforme de autopsia le generaron un shock hipovolémico por hemorragia torácica y lesiones viscerales.

Norberto Iunnisi tenía 45 años y vivía con su madre de 66 en una casa de pasillo en Mendoza al 4600. A esa vivienda llegaron tres personas cerca de las 8 del 14 de enero. Según pudo acreditar la investigación judicial hasta el momento entre esas personas se encontraba Martín T., un hombre trans de 31 años a quien Iunnisi le alquilaba una vivienda en Rauch al 1100, barrio Casiano Casas. La relación se había vuelto conflictiva cuando Iunnisi se enteró de que su inquilino estaba subalquilando la vivienda, por lo cual le comunicó que la iba a poner en venta. Al parecer el inquilino le había ofrecido comprársela. El día que lo mataron Iunnisi esperaba recibir a una abogada o escribana de nombre Jorgelina que iba a ver la escritura.

Resultó ser un engaño de Martín T., quien cuando Iunnisi le abrió la puerta de su casa se abalanzó sobre él a los golpes. Esta persona está detenida y fue imputada por homicidio calificado por el concurso premeditado de tres personas y por criminis causa, en concurso real con robo calificado por el uso de arma blanca. La misma imputación recayó sobre Verónica Natalí M., de 33 años, quien se entregó a la Justicia el martes pasado y ayer fue imputada en carácter de coautora de un delito que prevé prisión perpetua. Se trata de la mujer que encerró a la mamá de Iunnisi en el baño.

En la audiencia de este viernes la fiscal Gisela Paolicelli, de Homicidios Dolosos, relató los delitos atribuidos a la nueva imputada que tiene este crimen que conmovió a los vecinos de Mendoza al 4600, barrio Azcuénaga. La fiscal habló de “un plan criminal concertado previamente” por los dos imputados y un tercero aun no identificado “a fin de darle muerte para hacerse de la escritura” de la vivienda de barrio Casiano Casas.

“Una vez adentro y ante la resistencia expuesta por la víctima al descubrir sus verdaderas intenciones, intentaron maniatarlo y le provocaron lesiones en el cuerpo con armas blancas”, continuó Paolicelli. También la acusaron de robar, además de la escritura, un pasaje a Córdoba fechado en febrero, papeles bancarios, una mochila, un parlante, un maletín con cuchillas, unas zapatillas, dinero y algunas cosas más.

Juana Antonia estaba calentando el agua para tomar unos mates cuando su hijo salió por el pasillo de la casa hasta la puerta de ingreso. En ese momento escuchó un ruido fuerte y al asomarse vio a su hijo tirado en el piso y a dos hombres que parecían estar pegándole. Apenas pudo ver esa imagen una mujer se le puso adelante y la obligó a meterse en el baño. Cuando le tomaron declaración la señora pudo describir la apariencia de esa mujer, que resultó ser Verónica Natalí M., a quienes las imágenes de distintas cámaras de vigilancia de la zona registraron saliendo de la vivienda antes que los otros dos involucrados. Se la pudo ver con un bolso negro que no llevaba al entrar a la casa de Iunnisi.

Cinco minutos más tarde salieron las otras dos personas, que se fueron en la moto en la que habían llegado y cargando otros elementos robados. Martín T. comenzó a ser rastreado ese mismo día. Es que la hermana y la madre de Iunnisi estaban al tanto de la relación entre inquilino y propietario. Pasado el mediodía la policía detuvo en la zona de la vivienda alquilada, también cercana al domicilio del sospechoso, a una persona con las mismas características que la buscada que iba en una moto. Se trataba de Martín T, quien quedó detenido por orden del fiscal Adrián Spelta.

En la audiencia imputativa de este viernes también trascendió que los últimos inquilinos de la propiedad de Iunnisi en Rauch al 1100 la habían alquilado después de contactar a Martín T. por un aviso en la red social Facebook. El imputado les había asegurado que la casa era de su propiedad y había insistido en no firmar un contrato de alquiler. Al tiempo los nuevos habitantes supieron por los vecinos que la vivienda se había utilizado como pensión y también como punto de venta de drogas.

Sobre este último aspecto se conoció un episodio ocurrido hace unos meses. Tres personas llegaron a la casa en un auto gris y preguntaron por Martín. Cuando la inquilina les dijo que esa persona ya no vivía ahí, un hombre que iba en el asiento del acompañante mostró un arma y la amenazó diciéndole que si se enteraba que seguían vendiendo drogas se iba a “pudrir todo”.

El 19 de diciembre pasado los inquilinos recibieron la visita de Norberto Iunnisi, a quien no conocían. El hombre se sorprendió por el estado renovado que tenía la vivienda y manifestó que desde entonces el pago del alquiler lo iban a concretar directamente con él, quedando Martín T. fuera del vínculo. Incluso llegaron a pactar un encuentro para el 15 de enero con la intención de firmar un contrato de alquiler por tres años. Pero todo cambió un día antes.

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