Washington acusa a un libio por el atentado de Lockerbie, 32 años después
El Gobierno de Estados Unidos acusó este lunes a un tercer libio sospechado de participar en el atentado de Lockerbie en diciembre de 1988 en Escocia, en el 32 aniversario de la tragedia más mortífera cometida en Reino Unido y la segunda más sangrienta contra estadounidenses después de los atentados de 2001.
Abou Agila Mohammad Massoud, exmiembro de los servicios de inteligencia del derrocado y asesinado presidente libio Muammar Kaddafi, fue acusado de fabricar la bomba que explotó en un Boeing 747 de la aerolínea estadounidense Pan Am cuando sobrevolaba la pequeña localidad escocesa de Lockerbie el 21 de diciembre de 1988.
Además de los 259 pasajeros y miembros de la tripulación del avión, incluidos 190 ciudadanos estadounidenses, que fallecieron, 11 habitantes de Lockerbie fueron alcanzados por los restos del avión y murieron.
«Por fin, ese hombre responsabledel asesinato de estadounidenses y de muchos más va a responder por sus crímenes ante la Justicia», declaró el fiscal general y secretario de Justicia de Estados Unidos, William Barr, y se mostró «optimista» sobre la extradición de Libia, donde el acusado está actualmente detenido.
«No tenemos motivos para pensar que ese Gobierno tiene interés en asociarse con ese acto terrorista de odio», agregó, citado por la agencia AFP.
«Por fin, ese hombre responsabledel asesinato de estadounidenses y de muchos más va a responder por sus crímenes ante la Justicia».
WILLIAM BARR
En 1991, Barr, quien se desempeñaba como fiscal general del entonces presidente George Bush padre, anunció, junto con la Justicia de Escocia, la acusación de dos agentes de la inteligencia libia, Abdelbaset Ali Mohamed al Megrahi y Amine Khalifa Fhimah, por su participación en el atentado.
Ambos fueron juzgados en 2000 por un tribunal especial escocés creado en un territorio neutro, en los Países Bajos. Pero un año después, Fhimah fue absuelto.
Megrahi, en cambio, fue condenado a cadena perpetua por asesinato, pero su pena fue rebajada a un mínimo de 27 años de prisión.
En 2008, fue liberado por motivos médicos y murió tres años después en Libia.
Si bien en 2003 el Gobierno de Kaddafi reconoció oficialmente su responsabilidad en el atentado y pagó 2.700 millones de dólares en indemnizaciones a las familias de las víctimas, no fue hasta después de 2011, luego su derrocamiento y asesinato en medio de un levantamiento popular y una intervención armada de la OTAN, que se retomaron las investigaciones en Libia.
En 2016, la Justicia estadounidense supo que Massoud había sido detenido tras la caída de Kaddafi y había hecho presuntamente una confesión a los servicios de inteligencia del nuevo Gobierno libio en 2012.
Hoy, Libia se encuentra dividida entre varios gobiernos, parlamentos y ejércitos en pugna, y azotada por una guerra civil que alimenta y perpetúa el vacío de poder central.