Trump, más decidido, y Biden, con reservas, celebraron el anuncio de Moderna.
La noticia difundida por Moderna, la primera farmacéutica estadounidense que realiza este tipo de anuncios luego de que Pfizer confirmara hace algunos días que la eficacia de su vacuna es de 90%, parece haberle habilitado un horizonte menos difuso al país más afectado del mundo por la pandemia de la Covid-19.
«La Junta de Monitoreo de Seguridad de Datos (DSMB) independiente y designada por los NIH (Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos) para el estudio de Fase 3 de mRNA-1273, su vacuna candidata contra COVID-19, informó a Moderna que el ensayo ha cumplido con los criterios estadísticos preespecificados en el protocolo del estudio de eficacia, con una eficacia de 94,5%», informó hoy la empresa en un comunicado.
Inmediatamente, el jefe del Estado norteamericano y el presidente electo no se hicieron esperar e hicieron públicas sus felicitaciones.
Trump, en un intento de fortalecer su imagen en su último tramo de Gobierno, sostuvo que los «grandes descubrimientos» y avances en las vacunas contra el coronavirus desarrollados por los laboratorios Pfizer y Moderna ocurrieron bajo su mando.
«Para esos grandes ‘historiadores’, recuerden que estos grandes descubrimientos, que pondrán fin a la plaga de China, todos tuvieron lugar bajo mi supervisión!», tuiteó, ensayando un modo de reivindicar su gestión para contener el virus.
Biden, por su parte, quien no escatimó críticas durante estos últimos meses contra la dirección del actual presidente sobre el tratamiento de la enfermedad, vio en esta segunda vacuna otro motivo de esperanza.
«Es una razón más para sentirse esperanzados; lo que fue cierto con la primera vacuna sigue siendo cierto con la segunda: todavía estamos a meses de distancia», manifestó, además de congratular a las «brillantes» personas que trabajaron por el resultado.
Sin embargo, decidió rápidamente colocar un paño de agua fría sobre el entusiasmo que se generó.
«Hasta entonces, los estadounidenses deben seguir practicando el distanciamiento social y el uso de máscaras para controlar el virus», enfatizó, citado por la agencia de noticias ANSA.
En la misma línea, remarcó su frustración por la reticencia de Trump a cooperar con la transición hacia el nuevo Gobierno y dijo que «mas gente podría morir» sin una inmediata coordinación de acciones contra la pandemia.
«Si para empezar a planificar tenemos que esperar hasta el 20 de enero (fecha de asunción de la próxima administración), quedaríamos retrasados un mes o un mes y medio; de manera que es importante que haya coordinación ahora o tan rápidamente como se pueda», manifestó.
La noticia de Moderna alentó nuevamente las especulaciones sobre la posible fecha de inicio de vacunación.
El principal especialista en enfermedades infecciosas del Gobierno de Estados Unidos, Anthony Fauci, dijo que espera que las primeras vacunaciones en el país comiencen «hacia finales de diciembre».
Los resultados son «realmente sorprendentes», manifestó Fauci, en una entrevista con la cadena NBC, luego de haber afirmado a principios de año que estaría contento con una vacuna que tuviera un 60% de efectividad.
También se pronunció el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, quien confió en que haya suficientes dosis disponibles para que a finales de enero lleguen a vacunar a los adultos mayores de 65 años y a los trabajadores de la salud, informó la cadena CNN.
Lo concreto es que Moderna comunicó que planea solicitar a la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, en inglés) la autorización de su vacuna poco después de que acumule más datos de seguridad a finales de este mes.
A once meses del primer caso de coronavirus detectado en Estados Unidos, el virus no da señales de remisión, el país más afectado por la pandemia se vio nuevamente obligado a implementar hoy severas restricciones y la ansiedad y el hartazgo de la población sigue en aumento.
En las últimas 24 horas se reportaron más de 130.00 contagios- alcanzando trece días consecutivos con más de 100.000 infecciones diarias- y 616 muertes, por lo que los totales acumulados superaron los 11,6 millones y roza los 247.000, respectivamente.
El país, que atraviesa su tercer pico de infecciones y que según expertos será peor que los dos anteriores del verano y la primavera pasadas, contabilizó un millón de contagios en menos de una semana en sus 50 estados, el Distrito de Columbia y sus territorios no incorporados, y muchos hospitales advirtieron que se están quedando sin recursos.
Las restricciones implementadas para alivianar la situación van desde el confinamiento total en Nuevo México, por ejemplo, a la educación virtual y la prohibición de actividades recreativas en Michigan, o la prohibición de reuniones en interiores y restricción de capacidad en algunos sitios de Washington, solo por mencionar algunas medidas.
En este marco de restricciones, confinamientos y cierres que ineludiblemente agravan la crisis económica, Biden reiteró su plan de reactivación económica, expresó durante un encuentro con líderes sindicales y corporativos que la economía del país necesita «rápidamente» un estímulo para hacer frente a los efectos de la crisis sanitaria, e indicó que los más ricos y las principales compañías del país deberán «pagar su justa parte» en impuestos, citado por AFP.