Tras las pruebas y 71 testimonios, en julio habría sentencia por el crimen de Dalmasso

Las partes acordaron dejar sin efecto la citación de otros 186 testigos por lo que a mediados de julio se podría conocer la decisión del jurado. Marcelo Macarrón está siendo juzgado por el crimen de su esposa, Nora Dalmasso, ocurrido el 26 de noviembre de 2006. 

La sentencia en el juicio por jurados que se le sigue a Marcelo Macarrón por el crimen de su esposa Nora Dalmasso, cometido en noviembre de 2006 en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, podría conocerse en la primera quincena de julio debido a la reducción al 25% de la lista de testigos citados a declarar y a una selectiva incorporación de otras pruebas documentales y científicas.

La semana pasada se concretó lo que ya se venía estimando con la renuncia de citar a 186 testigos a declarar ante el jurado popular y el tribunal técnico riocuartense, 84 de los cuales habían sido propuestos por el fiscal acusador, Julio Rivero; y 82 por la defensa del viudo.

Ambas partes coincidieron en que ya no era necesario escuchar los testimonios de todas esas personas porque no tenían vinculación directa con la acusación del traumatólogo, quien está imputado como instigador del homicidio calificado de su esposa, delito que prevé la prisión perpetua.

Es que cuando se formuló la acusación por la cual el viudo fue enviado a juicio, el etonces fiscal de la causa, Julio Pizarro, se respaldó en otros elementos que ya se habían producido cuando el hijo de Nora y Marcelo, Facundo Macarrón; y el pintor Gastón Zárate; estaban imputados, aunque ambos fueron finalmente sobreseídos.

Y cuando comenzó el juicio al viudo, el abogado defensor Marcelo Brito advirtió que la pieza procesal del fiscal Pizarro tenía «irregularidades y defectos graves».

Por ello es que el defensor mantiene latente la posibilidad de plantear la «nulidad» de todo el proceso, cuestión que podría tratar en la etapa de alegatos, que se esperan den inicio en la primera semana de julio.

Testimonios

El viudo Marcelo Macarrn durante el juicio que se le sigue en Ro Cuarto Foto Laura Lescano
El viudo, Marcelo Macarrón, durante el juicio que se le sigue en Río Cuarto. (Foto: Laura Lescano).

Desde que comenzó el juicio, el 14 de marzo último, declararon 71 testigos que representan un poco menos del 25% de los más de 300 previstos; en tanto otro 20% se incorporarán por lectura.

Por su parte, el juez Daniel Vaudagna, uno de los integrantes del tribunal de la Cámara Criminal y Correccional de 1° Nominación de Rio Cuarto, dijo la semana pasada a la prensa que se resolvió «diferir para la etapa procesal que corresponda el tratamiento y decisión sobre las renuncias solicitadas», y que no se espera que haya objeción al respecto.

Respecto a los 71 testigos que declararon, fueron aislados los que incomodaron al acusado porque, según la defensa, realiaron manifestaciones sin sustento jurídico ni valor probatorio.

Entre esos testimonios estuvo el de Carmen Pelleritti, amiga de Nora, quien declaró que para encontrar al asesino se tendría que haber buscado a «quién se benefició con el crimen» y señaló que «posiblemente Macarrón» lo hizo «para no compartir el cincuenta por ciento de los bienes» en un eventual divorcio.

Mientras que el abogado Rafael Magnasco también apuntó a Macarrón como «el verdadero homicida» y lo culpó de ser el autor de instalar rumores sobre un romance con la víctima.

En tanto, el empresario Miguel Rohrer, señalado por los hijos del viudo como «sospechoso» del crimen, criticó a todo el «clan Macarrón» por «mentiroso» y aseveró que «sin dudas cualquier camino conduce al imputado».

A su vez, el martes pasado declaró Miguel Ángel Rosales, compañero de trabajo de Nora en el Banco de Córdoba y dijo que «cada paso que se ha dado en la investigación fue para encubrir» y que «todos han encubierto», tanto la «policía y el círculo íntimo».

El testigo consideró que «el juicio es un circo» y que el acusado es «culpable desde el mismo día» en que ocurrió el crimen.

Otra cuestión debatida en el juicio fueron las conclusiones científicas de los médicos forenses y en el caso de los peritos Mario Subirach y Mario Vignolo, ambos sostuvieron en que hubo un acto sexual consentido justo antes del homicidio y que no fue un asesinato premeditado, descartando así la hipótesis de un sicario contratado por un instigador.

Sin embargo, otro médico forense, Ricardo Cacciaguerra, afirmó que «no hubo consentimiento» y que la víctima fue «sometida en estado de inconsciencia».

Por otro lado, se espera que en los próximos días el tribunal de juicio cuente con los informes sobre la salud psíquica y física de Alicia Cid, la presunta examante de Macarrón y cuyo testimonio es aguardado con interés por las partes.

En ese sentido, el psiquiatra Manuel Rocha, quien atendía a Cid, había manifestado en el juicio que la mujer «no está en condiciones de declarar» aun.

Según la acusación de la fiscalía, unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón (62), «en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales».

Y agregó que el crimen fue cometido en momentos en que el acusado se encontraba en la ciudad de Punta del Este participando de un torneo de golf, entre las 20 horas del 24 de noviembre de 2006 y las 3.15 del 25, cuando al menos una persona sorprendió a Nora (51) en su casa del barrio Villa Golf, de Río Cuarto.

El homicida, «aprovechándose de la indefensión de la víctima, aguardó que ésta realice su rutina previa al descanso» la abordó «una vez que ésta se encontraba dormida en la habitación de su hija, ubicada en la planta alta de la vivienda».

En esas circunstancias y «cumpliendo el plan delictivo acordado previamente con Macarrón y sus adláteres, la tomó del cuello, ejerciendo una fuerte presión con sus manos, anulando así toda posibilidad de defensa».

Seguidamente, «utilizó el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación, realizando un ajustado doble lazo alrededor del cuello, ocasionando la muerte por asfixia».

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