Newell’s logró una gran conquista ante San Lorenzo en el Coloso
El valor de la victoria deja en un segundo plano el rendimiento. Newell’s no fue capaz de desplegar el fútbol que pretende, pero le alcanzó con un disparo de larga distancia de Aníbal Moreno para liquidar a San Lorenzo y quedarse con tres puntos que, a esta altura de la Superliga, valen oro. La falta de luces del equipo será la gran tarea a corregir en la semana. Pero la victoria ya quedó en el bolsillo rojinegro.
La sintonía fina entre Moreno y Maxi Rodríguez duró un suspiro. Los toques de primera y los desmarques insinuaron más de lo que ambos terminaron desplegando en la primera etapa. Newell’s perdía la pelota lejos del arco de Torrico y cada uno de los avances eran forzados, sin la imaginación necesaria para gravitar.
A la lepra le costaba asociarse y ser preciso, para evitar quedar atrapado por la presión del rival. Moreno trasladaba y la abría a un costado y otro. Pero nadie congeniaba con el juvenil. Formica carecía de explosión. Albertengo no la aguantaba. Gabrielli subía y las terminaba mal. Leal la tocaba seguido pero tampoco pesaba.
Newell’s respiró con alivio cuando Peruzzi la desperdició frente a Aguerre luego de una pared con Angel Romero. Un rato antes la lepra también sufrió con una volea cruzada de Donatti. Casi sobre el cierre de la etapa, Maxi respondió con un tiro medido que se fue cerca. Demasiado poco para lo que se esperaba del encuentro.
El descanso del entretiempo le cayó bien a Newell’s. Salió con otra actitud a jugar los últimos 45’. Adelantó las líneas, ejerció un dominio territorial y trató de llegar por las bandas. Sin causar riesgo, mejoró algo la imagen. Pero a partir del cuarto de hora, San Lorenzo se lo equilibró.
El juego era anodino y carente de emociones. El responsable de romper tanta monotonía fue Moreno. Quién si no. El catamarqueño había sido el más prolijo del equipo de Kudelka. Y en este marco, el volante se animó: sacó un zurdazo tremendo desde lejos que se metió arriba, infló la red e hizo estallar al Coloso de alegría.
Con el 1 a 0 Newell’s jugó con mayor comodidad. Tuvo más espacios y San Lorenzo entró en un estado de confusión del que no fue capaz de salir. La lepra no supo liquidarlo, pero le alcanzó con esa diferencia mínima para irse con una sonrisa.