Escritores, colectivos de artistas y dirigentes políticos repudiaron el ataque a Salman Rushdie
Escritores, dirigentes políticos y colectivos de artistas repudiaron en las últimas horas, por Twitter o a través de comunicados, el ataque que sufrió el viernes el escritor Salman Rushdie por el cual permanece hospitalizado en grave estado en Nueva York y, tras solidarizarse con él, advirtieron sobre la importancia de reivindicar su obra para eludir semejante afrenta contra la libertad de expresión.
El novelista británico Ian McEwan, amigo íntimo de Rushdie y uno de los pocos que continuó visitando en secreto durante la década en la que tuvo que permanecer oculto, aseguró en un comunicado en su web que el autor de «Los versos satánicos» no será «amedrentado» por el ataque. «Este espantoso ataque contra mi querido amigo Salman representa un asalto contra la libertad de pensamiento y de palabra», sostuvo McEwan.
Desde su cuenta en Twitter en donde lo siguen millones de personas, el bestseller norteamericano Stephen King expresó sus deseos para su colega: «Espero que Salman Rushdie esté ok».
La escritora y ensayista mexicana Valeria Luiselli también eligió usar la red social para enviar su apoyo. Radicada desde hace años en Nueva York, mantenía intercambios con Rushdie: «Con angustia, contenemos la respiración por nuestro querido Salman. Esperamos tener buenas noticias pronto».
«Noticias horribles», twitteó J. K. Rowling, creadora de Harry Potter y minutos después sumó: «Me siento muy mal ahora mismo».
El escritor de cómics y ciencia ficción Neil Gaiman dijo estar «en shock» tras conocer la noticia. «Es un buen hombre y, además, brillante. Espero que esté bien», pidió.
La organización sin fines de lucro de literatura y derechos humanos PEN International, de la que Rushdie fue presidente, publicó en su cuenta oficial en la red social un mensaje de consternación: «Estamos profundamente preocupados por la noticia de que el ex presidente de PEN América haya sido atacado hoy justo antes de dar una conferencia en la Institución Chautauqua en Nueva York. Condenamos el ataque y le deseamos una pronta recuperación».
Más allá de las manifestaciones personales de los autores, en la Argentina, la Unión Argentina de Escritoras y Escritores decidió hacer una declaración pública tras el ataque: «Repudiamos el atentado contra Salman Rushdie, un ataque contra la libertad de expresión, la democracia, la literatura y la humanidad. Contra el valor de la palabra y del pensamiento. Un acto de cobardía que nos alerta sobre sectores dispuestos a sembrar el terror y la muerte».
Por tratarse de un atentado a una figura de la cultura con notables connotaciones políticas y por amenazar la concepción misma de libertad de expresión, fueron varias las repercusiones que generó en el mundo de la política.
El presidente francés Emmanuel Macron escribió un mensaje en su cuenta de Twitter contra «las fuerzas del odio y la barbarie». Allí sostiene que el escritor ha encarnado durante 33 años «la libertad y la lucha contra el oscurantismo». «Su lucha es nuestra lucha, es universal. Ahora más que nunca, estamos a su lado», ha escrito el presidente francés.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, aseguró estar «horrorizado» por el apuñalamiento. «Horrorizado al enterarme que Sir Salman Rushdie ha sido apuñalado mientras ejercía un derecho que nunca deberíamos dejar de defender», twitteó Johnson, en defensa de la libertad de expresión.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, consideró al ataque como un acto «enfermo y cobarde» y fue más allá: «Semejante violencia sin sentido contra un autor célebre también es un asalto a la libertad a nivel global que debe ser inequívocamente condenado. Espero que se recupere bien».
DISIDENTES POLÍTICOS Y ACTIVISTAS RESPONSABILIZAN A IRÁN
Organismos defensores de la libertad de expresión y disidentes políticos consideraron este sábado que las autoridades iraníes son responsables del ataque contra Salman Rushdie, debido a que sostienen que Irán nunca revocó la fatwa que emitió el líder iraní Jomeini en 1989, que pedía la muerte del escritor indio, de nacionalidad británica y estadounidense.
La Unión Nacional por la Democracia en Irán (Nufdi), un grupo opositor con sede en Washington, dijo que «independientemente de que el intento de asesinato haya sido o no ordenado directamente por Teherán, lo que sí es casi seguro es que esto es resultado de 30 años de incitación por parte del régimen a la violencia contra este celebrado autor».
El ataque se produjo luego de que durante años, el discurso político en Irán dejó de lado la fatwua emitida por el ayatollah Ruhollah Jomeini en 1989 a raíz de los «Los versos satánicos», pero el sucesor de Jomeini, el guía supremo Alí Jamenei, dispuso en los últimos años que la orden sigue vigente.
En este sentido, en respuesta a una pregunta formulada en la web oficial del guía supremo, Khamenei.ir, afirmaba en febrero de 2017 que la fatwa seguía siendo válida. «Respuesta: el decreto se mantiene tal como lo emitió el imán Jomeini», rezaba el mensaje, consignó la agencia de noticias AFP.
Por otra parte, continúa vigente una recompensa de más de 3 millones de dólares por la cabeza de Rushdie, ofrecida por la Fundación iraní 15 de Jordad, según los integrantes de esta asociación que defiende la libertad de expresión.
En tanto, el Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI), otro grupo opositor considerado ilegal en Irán, señaló que «Ali Jamenei y otros líderes del régimen clerical siempre prometieron cumplir esta fatwa antiislámica a lo largo de los últimos 34 años».
La agencia oficial de noticias iraní IRNA, en un artículo sobre el ataque, presentó a Rushdie como «el autor apóstata» de «Los versos satánicos», y recordó la fatwa emitida en su contra.
Rushdie fue apuñalado por un hombre que fue detenido e identificado como Hadi Matar, de 24 años. Una fuente cercana a la investigación dijo al canal NBC que Matar «simpatiza con el extremismo chiita y los Guardianes de la Revolución», aunque hasta el momento no hay pruebas contundentes de una relación entre el atacante y esa fuerza iraní.
«Esta es la verdadera República Islámica; negocias con un régimen así y permites que sus simpatizantes y defensores entren en tu sociedad. ¿Entienden cómo nos sentimos en tanto que rehenes de este régimen?», se preguntó en Twitter Hossein Ronaghi, defensor de la libertad de expresión y uno de críticos más acérrimos de la dirigencia iraní dentro del país.
El ataque de Rushdie se produce en un momento delicado a nivel diplomático para Irán, que está examinando una oferta de varias potencias para resucitar el acuerdo de 2015 sobre su programa nuclear, y ese escenario aliviaría las sanciones que pesan sobre la economía iraní.
Las autoridades iraníes no hicieron comentarios oficiales hasta el momento. Mohammad Marandi, asesor del equipo negociador del programa nuclear, se manifestó en Twitter diciendo que si bien «no derramará lágrimas» por Rushdie, lo ocurrido es «extraño» en tiempos decisivos para la crisis en torno al programa nuclear iraní.
LA PRENSA ULTRACONSERVADORA IRANÍ CELEBRÓ EL ATAQUE
El principal diario ultraconservador de Irán, Kayhan, celebró este sábado el ataque al escritor británico de origen indio y felicitó al hombre que apuñaló al novelista, autor de «Los versos satánicos», obra por la cual el líder religioso iraní Jomeiní lanzó, en 1989, una fatwa condenándolo a muerte.
«Felicitaciones a este hombre valiente y consciente del deber que atacó al apóstata y depravado Salman Rushdie en Nueva York», dice el periódico, cuyo jefe es designado por el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei. «Besemos las manos del que desgarró el cuello del enemigo de Dios con un cuchillo», agrega el artículo.
Por el momento, el gobierno iraní no emitió ninguna reacción oficial sobre el intento de asesinato de Rushdie.
El conjunto de los medios de comunicación de Irán, salvo el diario reformista Etemad, dieron cuenta de la noticia calificando, según la línea oficial, a Rushdie de «apóstata», consignó la agencia de noticias AFP. El diario estatal Irán publicó hoy que «el cuello del diablo» fue «golpeado por una navaja».
«No derramaré ninguna lágrima por un escritor que denuncia a los musulmanes y al Islam con infinito odio y desprecio», escribió en un tuit Mohammad Marandi, asesor del equipo negociador nuclear, y analista político y profesor de la Universidad de Teherán. «Rushdie es un peón del imperio que se hace pasar por un novelista poscolonial», agregó.
Salman Rushdie se ganó el repudio de una gran parte del mundo musulmán con la publicación en septiembre de 1988 de «Los versos satánicos», lo que llevó al fundador de la República Islámica, el ayatolá Rouhollah Jomeiní, a emitir una fatwa en 1989 pidiendo su muerte.
Desde ese momento pesa sobre Rushdie una condena de muerte, a partir de una fatwa dictada por el ayatolá Ruhollah Jomeini, de Irán, al considerar ofensivo para el islam su libro “Los versos satánicos”.
El escritor nacido en India en 1947 y nacionalizado británicoestadounidense, eterno candidato al Nobel, publicó más de 10 novelas, una autobiografía, varios ensayos, cuentos y relatos para chicos.
La fama internacional le llegó con la novela «Hijos de la medianoche», publicada en 1980, libro con el que ganó el Premio Booker, el más prestigioso del Reino Unido.
A fines de la década de 1990, luego de que en 1998 Irán declarara que no apoyaría su asesinato, Rushdie dejó de esconderse aunque continuó su vida bajo fuertes medidas de seguridad, dado que un grupo radical ofreció una recompensa de tres millones de dólares por su cabeza, amenaza que él mismo minimizó.
Logró escapar a los inminentes intentos de asesinato durante los años 90, pero muchos de sus colaboradores se convirtieron en víctimas porque la fatwa de Jomeini no suponía sólo la condena de Rushdie, sino también la de todos los editores que publicaran su obra, entre ellos Hitoshi Igarashi, el traductor japonés de «Los versos satánicos», quien murió tras ser apuñalado.
Cuando el régimen iraní dio de baja el editor religioso, en 1998, el escritor mantuvo un bajo perfil, sólo apareció en algunos actos con grandes medidas de seguridad, pero desde hace unos años relajó esa rutina, ya instalado en Nueva York, y anuncia sus apariciones públicas en su página web.