En Rosario unos mil agentes de salud ya contrajeron coronavirus.

En las últimas semanas la realidad se agravó a tal punto que las autoridades advierten que «es crítica» la cobertura de servicios en los hospitales.

Desde que comenzó la pandemia, en Rosario unos mil agentes de la salud contrajeron Covid-19. Si bien el personal de hospitales y sanatorios comenzó tempranamente a convivir con los contagios, en las últimas semanas la realidad se agravó al compás del crecimiento de los casos de coronavirus confirmados en la ciudad. “La situación es crítica”, se escucha con insistencia en el ámbito asistencial. En algunos hospitales la cantidad de personal con licencia por la enfermedad o en aislamiento obligó a derivar pacientes  o a reducir el número de camas en unidades de cuidados intensivos.

La salud de quienes tienen como su principal tarea cuidar al resto de la población es una de las principales preocupaciones que expresan por estos días las autoridades sanitarias; atentas al sostenido aumento de la demanda que, en el último mes, deja su huella tanto en los consultorios de atención primaria como los servicios críticos de hospitales y sanatorios.

De acuerdo al último informe de la Secretaría de Salud del municipio, presentado el viernes pasado, el 4,5 por ciento de los casos confirmados de Covid-19 corresponden a trabajadores de la salud. Se estima que unos mil médicos , enfermeros, técnicos o auxiliares contrajeron coronavirus desde el comienzo de la pandemia. Los que, generalmente se dice, están en la primera línea del frente de batalla contra la enfermedad.

Para la presidenta del Colegio de Médicos de la zona sur de la provincia, Angela Prigione, la mayoría de los contagios están relacionados con la gran circulación comunitaria del virus que se registra en la ciudad y con el vertiginoso crecimiento de los contagios registrado en las últimas semanas.

“El sistema de salud está al límite y se trabaja más duro y mayor cantidad de horas para reemplazar a otros compañeros enfermos”, señala y advierte que “se hace una cadena interminable de esfuerzo físico y mental”.

Desde el Colegio de Profesionales en Enfermería el diagnóstico es similar. “La enfermería que trabaja en efectores de salud públicos y en sanatorios o clínicas privadas está sufriendo un fuerte desgaste en el cuidado de los pacientes”, advierten en una carta que remitieron ayer a las autoridades provinciales.

Y describen una jornada de trabajo con “guardias extenuantes desde el punto de vista físico y psíquico, falta de recambio de personal en tiempo y forma, exceptuados de usufructuar las licencias correspondientes y en soledad laboral y social”.

En el Hospital Centenario, donde desde fines de agosto comenzaron a incrementarse los pacientes con coronavirus, “todos los días hay distintas personas que están con licencia porque se infectaron o porque son contacto estrecho de pacientes que contrajeron la enfermedad”, señala la directora del efector del tercer nivel de la provincia, Claudia Perouch.

Para la médica, uno de los principales problemas es el pluriempleo de médicos o enfermeros, ya que ese tránsito entre dos o más lugares de trabajo multiplica los contactos con otras personas y favorece los contagios.

Según afirma, los números del personal licenciado son dinámicos. “Hay días que podemos tener 30 personas aisladas o más, que después van cambiando conforme tenemos los resultados de los hisopados”, explica y afirma: “Estamos en un momento crítico”.

Perouch señala que al inicio de la pandemia se reforzó el plantel del hospital con médicos y enfermeras. Aún así, hay días en que se hace difícil conseguir reemplazos. “Hay jornadas en las que nos quedamos con menos médicos y enfermeras. Cuando la necesidad de aislamiento afecta a las áreas críticas, a veces nos implica reducir tres o cuatro camas. Vamos viendo todo día a día”.

El director del Hospital Roque Sáenz Peña, Matías Vidal, remarca el indispensable trabajo que realiza el personal de salud. Y, como Perouch, afirma que en los últimos 20 días crecieron las necesidades de cumplir aislamiento por haberse infectado o por haber tenido contacto estrecho con casos positivos.

“El personal es muy responsable con el uso de los elementos de protección y también en mantener sus burbujas de contacto, pero igual tenemos casos”, afirma.

Para cubrir los reemplazos se recurre a personal de otros servicios o efectores de la red donde pueden derivarse los pacientes.

“Los médicos estamos al límite, trabajando con muchísimo cansancio, con personal que después de las guardias no vuelve a su casa sino que se va a trabajar a otro sector del hospital, sin licencias o vacaciones y sosteniendo una demanda creciente de atención”, resume.

Y apela al compromiso de “cuidar la salud de quienes nos cuidan”, cumpliendo con las recomendaciones de las autoridades. “Atendiendo a nuestros pacientes nos encontramos que el foco del contagio fue un festejo familiar o un encuentro con amigos. Eso genera mucha impotencia”.

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