Emboscaron y acribillaron a tiros a un ladero de Esteban Alvarado

Apenas pasado el mediodía de ayer Rodrigo Carlos Sánchez, de 44 años, frenó la camioneta Toyota Hilux gris que conducía en el semáforo de Wilde y Urquiza, frente al club «Prado Asturiano». A la par se detuvo un Renault Logan rojo y otros dos autos se pararon detrás para cerrar la posible fuga del rodado. Todo duró segundos. Del vehículo rojo bajaron dos personas encapuchadas que se pararon uno junto a cada ventanilla de la camioneta, patente OSH560, y dispararon varias veces con dos armas, una calibre 40 y otra calibre 22. Fueron al menos treinta balazos. Sánchez se desplomó sobre el asiento alcanzado por nueve proyectiles sin reaccionar ni esgrimir palabras. Tras ello los sicarios volvieron al auto en el que habían llegado, maniobraron y escaparon por avenida Bernheim hacia el oeste. Al llegar al pasaje Ezeiza al 600, los ejecutores del crimen abandonaron el Renault Logan y huyeron en uno de los autos de apoyo.
Horas más tarde se supo que el Renault Logan dominio AC102HI había sido robado a mano armada el domingo pasado en San José de Calasanz y Carlos Gardel, a unas cuadras de dónde se cometió el crimen de ayer. «La policía tardó un rato en llegar acá. Eramos un montón de vecinos mirando cuando llegaron la esposa del muchacho con una adolescente. Lloraban y gritaban», dijo una mujer que se quedó en el lugar del homicidio algunas horas.
asesinad

Foto: Sebastián S. Meccia / La Capital
Al lugar llegó el fiscal de Homicidios Dolosos Alejandro Ferlazzo, quien dispuso el traslado del cuerpo al Instituto Médico Legal para la autopsia de rigor, el relevamiento de testigos y de los registros de cámaras de seguridad y videovigilancia de la zona en busca de evidencias.
¿Quién era la víctima?
Rodrigo Carlos Sánchez tenía su domicilio en el partido de Pilar, en la provincia de Buenos Aires, y trabajaba en la empresa «Logística Santino SRL», una firma del renombrado narco Esteban Lindor Alvarado ubicada en la zona oeste de la ciudad y que tiene como objeto la «prestación de servicios de transporte de cargas en general y la comercialización y distribución de materiales para la construcción».
De Rodrigo Carlos Sánchez poco se sabía hasta ayer. El hombre no tenía prontuario abierto ni causas pendientes con la Justicia. Parecía un desconocido, pero los investigadores policiales y de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos de la Fiscalía Regional lo tenían agendado como una de las personas más próximas a Esteban Lindor Alvarado.

Foto: Sebastián S. Meccia / La Capital
Incluso, en la cárcel de Piñero, donde Alvarado está bajo prisión preventiva por instigar el crimen del prestamista Lucio Maldonado y liderar una asociación ilícita que lavaba el dinero malhabido mediante una serie de empresas, su nombre estaba registrado en varias visitas realizadas en las últimas semanas.
«En un principio lo que hacía Sánchez era ingresar al mismo pabellón como amigo de personas vinculadas a Alvarado. Cuando los contactos se empezaron a terminar por distintos motivos, directamente pedía visitar al propio Alvarado. En las últimas visitas lo vio a él personalmente», dijeron fuentes oficiales.
Un golpe bajo
Hombres de la Justicia que conocen la trama de los negocios de Alvarado no dudaron en asegurar que el cirmen de ayer «es un golpe fuerte y bajo para Alvarado porque Sánchez era el tipo que le manejaba los negocios violentos en la calle. Le mataron a un tipo importante».
Y agregaron que «el ataque fue de un desparpajo absoluto. Lo mataron delante de gente, al mediodía, tirando como locos con una ametralladora. Se recolectaron treinta vainas servidas en la escena. Sánchez no era un tira tiros, pero podía armar el terreno, preparar la escena. Él no disparaba».
Alvarado está preso por dos causas importantes. Una de ellas se tramita en la Justicia provincial, donde está acusado de instigar el homicidio de Lucio Maldonado, quien tenía 37 años y fue ejecutado el 11 de noviembre de 2018. La víctima era un prestamista que trabajó con Alvarado un tiempo y que dos días antes de ser hallado sin vida fue secuestrado y trasladado a una quinta del paraje Los Muchachos, en jurisdicción de Piñero, donde lo mataron de tres certeros disparos. Su cuerpo fue arrojado luego junto a la colectora sur de la avenida de Circunvalación, a metros de bulevar Oroño. Quien lo mató dejó entre sus ropas un cartel con una frase que fue vista después en otros hechos policiales: «Con la mafia no se jode». La quinta donde estuvo retenido Maldonado, según acreditó la Justicia, pertenecía a Alvarado.

En tanto, luego de estar mencionado durante años como un importante actor en el negocio del narcotráfico local, Alvarado fue procesado como organizador del transporte de drogas. El juez federal Marcelo Bailaque lo consideró en diciembre de 2019 autor responsable por un hecho ocurrido en noviembre de 2017, cuando un camión de una de sus empresas fue interceptado en la provincia de Río Negro con una carga de 493 kilos de marihuana. Por ese episodio ya fueron condenados cuatro hombres vinculados con el rosarino en forma directa a través de sus empresas.
En la resolución de Bailaque se exponen relaciones que ya fueron presentadas en el marco de otras investigaciones. El juez federal remarcó que el camión en el que se halló la droga en Río Negro era de la firma Toia SRL y el semirremolque estaba a nombre de Roberto Peralta, un ex chofer de la empresa Logística Santino, donde trabajaba el asesinado Sánchez, y registrado como empleado de Jorge Benegas, imputado como presunto operador comercial de Alvarado. No es un dato menor que la semana pasada la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones dejó en firme ese fallo dictado por el juez Bailaque en diciembre y de esta forma debilita a Alvarado en sus acciones.

Foto: Sebastián S. Meccia / La Capital
Además, en junio de 2019 los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación, Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, probaron que Alvarado manejaba por intermediarios, entre ellos su esposa Rosa Capuano, a personas que se encargaban de gestionar un entramado de empresas comerciales y unipersonales que le permitían ocultarse tras el amparo de estructuras societarias. Esas empresas eran: Toia SRL, Edra SRL, Logística Santino SRL (donde trabajaba Sánchez) y Logística TSC SRL.
El otro atentado
El de ayer fue el segundo atentado en el cual la víctima estaba estrechamente ligada a las causas de Alvarado. El primero de los hechos ocurrió el viernes pasado cuando en el barrio El Edén de Funes dos hombres bajaron de un auto negro y balearon a Mariana Ortigala, hermana del principal testigo de las causas contra Alvarado.
El misterioso auto negro esperó al menos media hora a escasos 100 metros de la casa de la mujer. Cuando la vieron salir, los sicarios bajaron empuñando tres pistolas y le dispararon al menos 27 balazos calibre 9 milímetros. Dos de esos plomos alcanzaron a Mariana en el abdomen y en la pierna izquierda.
Pero la muerte de Rodrigo Carlos Sánchez es, para los investigadores, de un peligro letal. «Esto es un golpe fuerte para Alvarado. Es difícil no imaginar que se vienen represalias», deslizó un pesquisa.