A 50 años del sueño europeo de «Chaca».
Apenas dos años después de haber alcanzado el título de campeón argentino por primera vez en su historia, Chacarita Juniors vivió en 1971 un sueño europeo que aún recuerda, cuando participó de la tradicional Copa Joan Gamper, en Barcelona.
El 24 de agosto de ese año, el equipo de San Martín se impuso por 2-0 al Bayern Munich, para avanzar a la definición del afamado trofeo. El conjunto bávaro nucleaba, por esos días, a buena parte de lo que luego sería la base del seleccionado germano que ganó la Copa del Mundo en 1974.
La singular historia del ‘Tricolor’ y su predominio futbolístico a nivel local había comenzado el 6 de julio de 1969.
Con un equipo estructurado y confiable que dirigía Federico Pizarro, el conjunto «funebrero» superó en gran actuación por 4-1 a River Plate, en cancha de Racing, para adjudicarse el Campeonato Metropolitano ’69, emulando la hazaña que –dos temporadas antes- había concretado Estudiantes de La Plata.
Chacarita brindó una lección de fútbol frente aBayern Munich y se impuso por 2-0, con tantos de Leonardo Recúpero y Rodolfo Fucceneco. Hasta pudo golear, ya que dispuso de un penal que Ángel Bargas no pudo convertir
La consagración de un equipo de los denominados «chicos» generó simpatías al por mayor y hasta factores del poder de entonces intentaron sacar provecho del logro «funebrero».
Por aquel entonces, Juan Carlos Onganía era el presidente de facto que gobernaba en la Argentina tras el golpe militar de 1966.
A partir de una propuesta del histórico periodista Diego Lucero, reconocido simpatizante de «Chaca», el apuntado Onganía instruyó a los integrantes de la Secretaría de Turismo de esos años que prepararan un video con imágenes de esa final con River para “que el mundo vea cómo se juega al fútbol en nuestro país”.
Así, las escenas de ese famoso tercer gol ante River, conseguido por Angel Marcos (enganches y gambetas que incluyeron caño a Miguel Angel López en la misma maniobra), debían arribar al Viejo Continente. Pero la compaginación de imágenes nunca se concretó.
Sin haber jugado la Copa Libertadores de 1970 (por reglamento se estipulaba que sólo la jugaban el campeón y subcampeón del torneo Nacional, que en 1969 fueron Boca y River), el equipo de San Martín tuvo –igual- su invitación para cruzar el Oceáno Atlántico y viajó a intervenir en la Gamper, el tradicional cuadrangular que organiza el F.C. Barcelona.
La final se disputó al día siguiente contra Barcelona, que había vencido en la otra semifinal al Honved de Hungría. Fue un partido parejo y terminó con triunfo blaugrana por 1-0, con gol de Carles Rexach
El sorteo estipuló que el rival en semifinales sería Bayern Munich, que tenía en sus filas a figuras como Sepp Maier, Franz Beckenbauer y Gerd Müller, la base del combinado germano que le ganó la final a Holanda (2-1) en Munich para ser campeón del mundo en 1974
Chacarita brindó una lección de fútbol en territorio catalán y se impuso por 2-0, con tantos de Leonardo Recúpero y Rodolfo Fucceneco. Hasta pudo golear, ya que dispuso de un penal que Ángel Bargas no pudo convertir.
Al césped del Camp Nou, el equipo de San Martín saltó con Daniel Carnevali; Raúl Forteis, Jorge Buzzo, Bargas y Franco Frassoldati; Recúpero, Raúl Poncio y Juan Carlos Puntorero (Fucceneco); Angel Marcos, Carlos María García Cambón y Horacio Neumann (Pedro Patti)
Bayern Munich, por su lado, alistó a Maier; Johnny Hansen, Gunter Rybarczyk, Arnold Schwarzenbeck y Paul Breitner; Franz Roth, Beckenbauer y Rainer Zobel (expulsado); Edgar Schneider, Gerd Müller y Franz Krauthausen.
“La verdad? Nos salieron todas. Pegamos en el momento justo y después administramos el partido con solvencia. Tomamos dimensión de lo que habíamos logrado mucho tiempo después, como suele pasar con estas cosas”, le confió el capitán Marcos a Télam, evocando aquella jornada de gloria.
La final se disputó al día siguiente contra Barcelona, que había vencido en la otra semifinal al Honved de Hungría. Fue un partido parejo y terminó con triunfo blaugrana por 1-0, con gol de Carles Rexach.
Pero la imagen de Chacarita causó admiración en Europa. No hizo falta llevar a cabo la propuesta de Onganía para demostrar ante el mundo cómo jugaba aquel famoso equipo «funebrero».