El riesgo país subió pero se mantuvo por debajo de los 900 puntos básicos tras el fin del cepo cambiario

La apertura del mercado en el primer día de la Fase 3 del Plan Económico del país mostró gran expectativa por las acciones y los bonos argentinos en Wall Street. Sin embargo, el riesgo país no mostró la misma euforia en cuanto a un posible derrumbe tras el levantamiento del cepo cambiario y su variación fue mínima: subió a 890 puntos básicos.
El indicador que supervisa el banco estadounidense JP Morgan experimentó una suba del 1,80%, tras un cierre de 874 unidades el viernes pasado, cuando era inminente el anuncio de un nuevo régimen cambiario con levantamiento del cepo, tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s 20.000 millones.
No obstante, diferentes analistas confían que en el curso de la jornada el riesgo empezará a mostrar el inicio de un sendero descendente, para llegar al mediano plazo a un nivel acorde con el propósito del Gobierno de acceder al financiamiento voluntario en el mercado internacional, en el orden de los 400 puntos básicos.
Mientras el Banco Nación corrigió en sesenta puntos la cotización inicial del dólar y bajó de $1.250,00 a $1.190,00 (8,42% más que el cierre del viernes, aunque ahora con libre acceso), el dólar blue muestra una caída de 70 pesos (-5,09%) y cotiza a $1.305,00.

Riesgo país: ¿qué es y qué impacto tiene en la economía real?
El riesgo país es un indicador elaborado desde hace años el J.P. Morgan que mide la diferencia que pagan los bonos del Tesoro de EEUU contra las del resto de los países, un cálculo realizado por intermedio de su índice EMBI, siendo específico para cada nación (EMBI Argentina, en este caso).
De esta forma, el índice mide la sobretasa que debe pagar un bono frente al rendimiento de los títulos a 10 años que emite el Tesoro de los EEUU.
Si el riesgo país es alto y tiene tendencia alcista puede repercutir además negativamente en la llegada de inversiones a largo plazo, clave para realizar obras y para aumentar el volumen de divisas. Además, complica las necesidades financieras de un país.
Por el contrario, si es bajo (puede compararse, por ejemplo, con el promedio de la región, actualmente debajo de los 500 puntos), o tiene una dinámica bajista, puede impulsar el desembarco de inversiones a la largo plazo, y puede permitirle al país en cuestión conseguir financiamiento en el mercado de capitales a tasas «razonables».
