Carnavalito, pantalla gigante y una carta a Messi: así se vive la previa en la Antártida

En lugares lejanos como la Base Esperanza de la Antártida Argentina, donde los 67 integrantes de la dotación palpitan con alegría y llenos de expectativas la gran fiesta  del fútbol mundial.

La previa del Mundial de Fútbol de Qatar revoluciona la vida cotidiana en lugares tan inhóspitos y lejanos como la Base Esperanza de la Antártida Argentina, donde los 67 integrantes de la dotación palpitan la gran fiesta de ese deporte con bailes alusivos, la preparación de una gran pantalla comunitaria y una carta especial dirigida a Lionel Messi, el capitán del seleccionado nacional masculino, y a sus compañeros de equipo.

“El día de la tradición preparamos la coreografía del carnavalito “La llama del Mundial” que interpreta el grupo “La cantada” de Jujuy. Fue un momento muy especial que disfrutamos con todos los chicos y que anticipa lo que viene”, le contó a Télam Soledad Otaola, la docente y directora del colegio más austral del país que funciona en la Base Esperanza.

Una escuela que no se queda afuera de la fiesta del fútbol de Qatar 2022

En la escuela Nº38 “Presidente Raúl Alfonsín”, que depende del gobierno de Tierra del Fuego y a la que asisten 15 alumnos de entre 3 y 17 años, se focalizan la mayoría de las actividades preparatorias de la fiebre mundialista.

“Cuando presentamos nuestro proyecto para enseñar este año en Antártida formulamos una propuesta específica relacionada con el Mundial que hoy estamos cumpliendo en el ámbito educativo”, explicó Otaola que se encuentra en la base antártica con su esposo también docente y tres de sus hijos.

“En geografía estudiamos a los países participantes del torneo, en matemáticas resolvimos problemas con los intervalos entre cada campeonato a lo largo de la historia y hasta aprendimos rasgos culturales analizando las mascotas de los mundiales”, relató la docente antártica.

También mencionó a los estudiantes de nivel secundario de la Base, que estudian a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (Seadea) y que por estas horas preparan vinchas, banderas y vestimenta celeste y blanca para lucir durante los partidos de Argentina.

“Con el sastre de la Base estamos tratando de alargar lo más posible nuestro telón blanco, para usarlo de pantalla gigante y poder juntarnos a ver los partidos en el Salón de Usos Múltiples (SUM) de la escuela”, detalló Otaola.

De todas formas, el Mundial se vivirá completo en este reducto del Continente Blanco donde además de docentes y estudiantes habitan militares, científicos y miembros de la Dirección Nacional del Antártico (DNA).

“El domingo, por ejemplo, nos vamos a juntar a ver la fiesta inaugural y el primer partido. Con comida a la canasta y la idea de compartir ese momento entre todos. También vamos a repartir fixtures del Mundial que estamos imprimiendo y doblando con los chicos”, describió la directora de la escuela antártica.

Una carta para Lionel Messi, capitán de la Selección

Un capítulo especial de los preparativos mundialistas en la Base Esperanza lo constituye la carta que los estudiantes del secundario le escribieron a Lionel Messi y al resto de los jugadores del seleccionado, con el apoyo del segundo jefe de la repartición.

“La escribieron entre ocho chicos. El segundo jefe vino un día con todos los sellos postales. La enviaron en helicóptero al Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) para que de ahí la envíen a la AFA y ojalá llegue a Qatar”, recordó Otaola.

La carta “fue una idea de mi hermano y mía. La hicimos entre todos para alentar a Messi y también a los demás jugadores. Ojalá les llegue”, contó Benjamín Rivas, de 13 años, uno de los artífices de la misiva.

Pero la atmósfera mundialista no solo contagia a un grupo sino a la totalidad del plantel de alumnos de la única escuela antártica, como a Axel Fernández, de 11 años, que se trajo de Corrientes “una camiseta argentina para alentar a la selección en todos los partidos”.

La escuela N38 Presidente Ral Alfonsn que depende del gobierno de Tierra del Fuego y a la que asisten 15 alumnos de entre 3 y 17 aos
La escuela Nº38 “Presidente Raúl Alfonsín”, que depende del gobierno de Tierra del Fuego y a la que asisten 15 alumnos de entre 3 y 17 años.

Lo mismo le sucede a Danilo Barrios, de 8 años, que tiene “la esperanza de que vamos a salir campeones”, a Octavio Morales, de 10 años, quien se confiesa “emocionado” con la proximidad del Mundial, y hasta al más pequeño de todos, Fausto Barrios, de 3 años, que a media lengua asegura que “Argentina será campeón”.

Lejos de los más de 30 grados centígrados con que se jugarán los partidos en el país asiático, en la Antártida Argentina apenas se registran temperaturas sobre cero, algo que de todas maneras se celebra en esta época del año.

El clima durante los últimos días ha sido “particularmente agradable, con temperaturas positivas. Se fue casi toda la nieve y ya podemos ver piedras y manchones marrones en lugar del clásico paisaje nevado del invierno”, señaló la docente.

Con ese escenario, es “muy posible que si no sopla viento se salga a festejar al exterior algún triunfo argentino, como pasó hace poco cuando Boca salió campeón”, indicó.

Aunque ahora las energías ya están puestas en la actuación de Argentina y en el desempeño de Messi y sus compañeros.

“Estamos con toda la esperanza de que podamos salir campeones. Alentando desde los confines con esta alegría particular que se vive en la previa de cada Mundial”, concluyó Otaola.

LA ESCUELA MÁS AUSTRAL Y LA ÚNICA EN LA ANTÁRTIDA, EL ÚLTIMO BASTIÓN DE ALIENTO PARA EL SELECCIONADO



El colegio Nº38 “Presidente Raúl Ricardo Alfonsín”, que depende orgánicamente del gobierno de la provincia de Tierra del Fuego, cumplió en 2022 su 25º aniversario, durante un ciclo lectivo en el que se reiniciaron las actividades después de 12 meses de paralización por la pandemia de coronavirus.

Los docentes fueguinos seleccionados para esta campaña son Natalia Soledad Otaola (también se encarga de la dirección de la institución) y su pareja, el docente Denis de Jesús Barrios, quienes además viajaron con sus hijos Paula, Danilo y Fausto desde la ciudad de Río Grande, donde residen habitualmente.

Otaola es jujeña y tiene 41 años, mientras que su marido, profesor de educación física, es correntino y tiene 46.

Otros dos hijos mayores del matrimonio, Dana y Nicolás, eligieron quedarse en la isla de Tierra del Fuego donde estudian y trabajan.

Para llegar hasta la Antártida, la familia atravesó un riguroso proceso de selección y tuvo que realizar un extenso viaje.

A comienzos de año se trasladaron desde Tierra del Fuego a Buenos Aires a practicarse los chequeos médicos de rutina y a cumplir 15 días de cuarentena.

Después, para poder llegar a la Base Esperanza debieron realizar dos intentos en vuelos realizados por un avión Hércules de la Fuerza Aérea Argentina desde la ciudad de Río Gallegos (en Santa Cruz) hasta la Base Marambio.

Por último, navegaron tres días a bordo del Rompehielos Almirante Irizar para completar el último tramo (desde Marambio a Esperanza) en medio de las condiciones climáticas propias del continente antártico.

La institución educativa tiene alumnos de nivel inicial y primario con modalidad presencial, mientras que los estudiantes secundarios cursan ese nivel a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (Seadea).

Este año la escuela adquirió notoriedad cuando desde sus instalaciones se realizó una comunicación por radio con un astronauta de la Estación Espacial Internacional (ISS por su sigla en inglés) en la que los alumnos formularon preguntas sobre la forma de vida en el espacio.

La Base Esperanza tiene la particularidad de ser la única estación antártica en la que el personal científico y militar destinado a invernar allí es acompañado por sus familias, por lo que en la práctica funciona como un poblado que suma casas independientes, una iglesia, la escuela, una oficina postal, una emisora radial y un registro civil a la habitual estructura antártica de hangares y laboratorios.

Está ubicada a unos 1.100 kilómetros de Ushuaia y a cerca de 4.200 de Buenos Aires, en una zona donde la temperatura media es de 5 grados bajo cero con mínimas históricas de hasta 30 grados bajo cero.

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