No hay fantasía que pueda relatar lo que vivieron los soldados

Casi 40 años después, la Guerra de Malvinas sigue presente en la memoria argentina, algo que no es ajeno a las generaciones que no fueron contemporáneas del conflicto que enfrentó a Argentina con Inglaterra por la soberanía de las islas. Esta vez el recuerdo de aquel hecho llega con “Malvinas, palabras en la noche interminable”, a cargo de un grupo de jóvenes artistas que recrean el conflicto a través de cartas que intercambiaron los soldados con sus afectos y con un lenguaje escénico que incluye elementos del teatro y la danza.

Evelyn Sciarra y Manuel Rojas Fioretti, directores de la puesta de La Línea Producciones, contaron cómo fue el proceso de creación de esta obra que se estrena hoy, a las 21, en el Complejo Cultural Atlas (Mitre 645). Los jóvenes creadores, con el antecedente de “Tusuy Ongoy, la otra historia de la Conquista”, un trabajo anterior suyo basado en “Taki Ongoy”, de Víctor Heredia, se lanzaron a la escritura y montaje de “Malvinas”, porque, según contaron, una de las premisas del grupo es “abordar temas comunes, cercanos y vinculados con la identidad”. Actúan Federico Albelo Bazán, Rocío Rodríguez, Brunella Talpini, Paula Barriera, Lucía Peirone, Martina Alegre, Camila Beretta, Martina Ferreyra y Marie Pedraz.

   —¿Cómo es la puesta en escena?

Evelyn Sciarra: Partimos siempre en búsqueda de una escena de múltiples lenguajes. La danza, el teatro, la composición visual, lo son en sí mismas, pero pueden ser mucho más si se potencian. El resultado en manos de bailarines y actores es siempre dinámico, de poética visual sutil y cercana donde son los cuerpos los que hacen vivir el espacio vacío. “Malvinas” transita una selección de temas musicales argentinos y cartas recopiladas de aquella tragedia, como documentos históricos y poéticos, transformando la atrocidad en sensibilidad estética, llevando una línea poética que nos permite disfrutar del proceso y de la obra sin espantarnos por lo que fue aquel hecho terrible.

   —¿Cómo accedieron a la correspondencia de los soldados?

Manuel Rojas Fioretti: La verdad es que al comenzar con el proceso, nos sumergimos en una investigación amplia. El enfoque era claro, pero debíamos ser respetuosos con las realidades. Fue en ese momento, que descubrimos la correspondencia. Y ya no había marcha atrás. Son sus voces. Las voces de los soldados en combate. Allí radica la verdad, la humanidad en jaque.

   —¿Tuvieron contacto con los excombatientes?

ES: Tuvimos la oportunidad, la alegría, de hacer un ensayo en el Atlas para ellos y sus familias. Podíamos equivocarnos en cuestiones técnicas de la escena, pero no en hechos, en historia, por más conceptual que sea el lenguaje. Era fundamental compartirlo con ellos y escucharlos antes del estreno. Y la emoción nos invadió a todos. Terminado el ensayo, nos hablaron de sus experiencias. De cómo lo vivieron, de cómo lo viven aún hoy. Uno lo sabe. Pero mirarlos a los ojos es confirmar en uno mismo, como parte del pueblo, esa deuda eterna. Las lágrimas, las palmadas en la espalda entre ellos fue un paisaje que no esperábamos. Son veteranos de guerra, soldados que siguen de pie, en lucha por la causa. No hay fantasía que pueda relatar lo que vivieron en carne propia. Ellos, sus esposas, sus hijos, son héroes. Fue un momento único. Todavía no estrenamos, y ya lo vivimos como tarea cumplida. Cuando el arte cumple su función verdadera, es un regalo.

   —¿Qué testimonios recibieron de parte de los excombatientes?

MRF: Testimonios, miles. Experiencias, sus días como prisioneros, sus heridas, sus familias… algo que reflota la obra. Malvinas no sólo fue un hecho histórico, Malvinas es un modo de vida. Detrás de cada soldado hay toda una familia modificada, sosteniendo. Malvinas fue y sigue latiendo en cada veterano y en toda su familia porque quien atravesó este proceso resultó modificado para el resto de su vida. Fue muy fuerte y alentador escucharlos.

   —¿Qué temas atraviesa la obra?

ES: Las ausencias. Los Argentinos sufrimos las ausencias. Trabajamos la memoria como pueblo porque no estamos dispuestos a olvidar. El otro no está, falta, hace falta. La guerra, la distancia impuesta, la muerte injusta trajo ausencias. Ausencias sensibles, como la necesidad del abrazo de una madre, y ausencias imperdonables, como la como la que jugó el Estado. “Malvinas” atraviesa las ausencias.

   —¿Cómo es la mirada de las generaciones más jóvenes sobre el conflicto?

ES: La emoción estuvo a brote constante. Todos ellos, a pesar de su edad, resuenan de una manera u otra nuestra historia. La construcción de la narrativa la transitamos junto a ellos, y ellos con otros más. Es que a partir de la interacción humana de cada uno de ellos alcanzamos el aporte de elementos para la construcción y el resultado de una historia que forma parte de un enfoque micro social. Recuperar un relato histórico a partir de la comunicación directa entre personas.

   —¿Qué valoración hacen de este conflicto no resuelto?

MRF: Las voces de los veteranos trajeron a nosotros con claridad la idea de lucha en el tiempo. Para el pueblo esta lucha, una entre tantas otras, persiste. La lucha por la soberanía no es solo en la esfera política, es también, y fundamentalmente, en lo social. Los veteranos brindan sus vidas a la causa. Ellos, sus mujeres, sus hijos, trabajan de manera incansable por el reconocimiento, por sostener la viva la memoria. Porque para ellos es entrega absoluta. Y en cada uno de ellos y en nosotros está la memoria del pueblo. Encontrarnos a celebrar la memoria en torno a un hecho artístico, es parte de eso, es un ejercicio saludable, tanto para los que vivieron la guerra en carne propia, como para para cada uno del resto de los argentinos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *