Netanyahu descartó un alto el fuego y aseguró que Israel no está dispuesto a gobernar Gaza

«Un alto el fuego con Hamas significa rendición», dijo el premier y agregó que no existe un «calendario» para la ofensiva militar. Además, señaló que Israel no tiene planes de permanecer en el enclave a largo plazo.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, descartó un alto el fuego en la guerra contra el grupo islamista palestino Hamas y reafirmó que, cuando termine el conflicto, su país no pretende gobernar ni ocupar la Franja de Gaza, asediada desde hace más de un mes por las fuerzas militares israelíes.

«Un alto el fuego con Hamas significa rendición», dijo el premier a la cadena estadounidense Fox News, al explicar que no existe un «calendario» para la ofensiva militar. «Creo que el ejército israelí se está desempeñando excepcionalmente bien», señaló.

Israel ha prometido destruir a Hamas después de que ese grupo lanzara una incursión desde Gaza el 7 de octubre, en la que murieron 1.400 personas, en su mayoría civiles, y capturara a unos 240 rehenes, entre ellos una veintena con nacionalidad argentina.

Los ataques de Israel a su vez dejaron más de 10.800 muertos, entre ellos unos 4.400 niños, de acuerdo con el movimiento palestino que gobierna en la Franja de Gaza.

Netanyahu dijo que Israel no tiene planes de permanecer en Gaza a largo plazo: «No buscamos gobernar Gaza. No buscamos ocuparla, sino que buscamos darle a ella y a nosotros un futuro mejor», aseguró, citado por la agencia de noticias AFP.

Preguntado por su plan para el futuro de Gaza, dijo que el empobrecido y bloqueado territorio debe ser «desmilitarizado, desradicalizado y reconstruido».

«Tendremos que encontrar un gobierno, un gobierno civil que esté allí», añadió, sin detallar quién podría formar esa administración.

Añadió que las fuerzas israelíes tienen que permanecer preparadas para volver a entrar en Gaza y «matar a los asesinos». «Eso es lo que impedirá el resurgimiento de una entidad similar a Hamas», resumió.

Foto ONU
Foto: ONU.

El ataque del 7 de octubre y el conflicto posterior se produjeron cuando Israel se acercaba a un acuerdo de paz con Arabia Saudita basado en los llamados acuerdos de Abraham que normalizaron los lazos con varios países árabes.

Netanyahu insistió en que este conflicto no torpedeará ese esfuerzo diplomático y que las condiciones estarían «maduras» para reanudar las negociaciones después de que Israel destruya a Hamas.

Desde el 7 de octubre en adelante, numerosas potencias mundiales -incluido Estados Unidos- dijeron que la solución para el conflicto es la conformación de los estados palestino e israelí, cada uno con su capital en una zona de Jerusalén.

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