Nace en La Plata la primera semilla de cannabis 100 por ciento argentina
Científicos nacionales desarrollaron la primera semilla de cannabis 100 por ciento argentina. Hace algunas semanas se presentaron los primeros resultados de las investigaciones realizadas desde hace un año sobre las tres Cepas Argentinas Terapéuticas (CAT) que conforman el primer cultivo científico de cannabis.
Darío Andrinolo, investigador del Conicet, es el investigador que encabeza el grupo que desde la ciudad de La Plata desarrolla el proyecto que integra a las ONGs El Jardín del Unicornio y la Asociación de Cultivo en Familia de La Plata.
“La idea es estandarizarla, caracterizarla y que uno esté seguro de que cada esqueje nos provee una planta de determinadas características. El fin último es generar todo el conocimiento necesario para que el autocultivo y el cultivo solidario puedan ser viables incluso cuando haya medicamentos en las farmacias”, explicó Andrinolo.
Argentina sancionó en 2017 una ley que habilita a un registro de pacientes a recibir aceite de cannabis en forma gratuita por parte del Estado.
Sin embargo, hasta el momento no existe ningún cultivo oficial, la marihuana incautada en operativos policiales se quema y las familias que quieren cultivar se ven obligadas a presentar amparos judiciales o hacerlo en las casas de las abuelas, mayores de 70 años y, por lo tanto, exoneradas de la prisión.
“La industria argentina hoy se está perdiendo un negocio enorme, está ausente; pero por otro lado está el uso social de la panta que tampoco tendría porque ser reprimido o anulado por los productos”, opinó el investigador.
Una de las genéticas, la CAT 3, fue desarrollada y cultivada durante años por un conocido de Andrinolo, Daniel Loza, “el profesor botánico”, como lo llamaban. Es alta en THC —uno de los componentes psicoactivos de la planta— y ha demostrado un crecimiento mayor a las otras dos —20 centímetros por semana—. En el año 2000, los médicos diagnosticaron a Loza hepatitis múltiple agravada. Trató de curarse sólo, investigando. Ser “su propio cobayo”, como decía. Así logró vivir otras 18 temporadas.
Entrenó semillas para el invierno, y logró que sean más resistentes. Revisó técnicas de siembra, cultivo, secado y curado; mezcló genéticas para crear otras nuevas e ideó un sistema de presión al vacío que modificaba las propiedades de cualquier producto. Todo con una obsesión absoluta. De esas experiencias nació el canal de YouTube Quinto Elemento, toda una guía del autocultivo en Argentina. También empezó a producir aceite de cannabis. Fueron muchos los que comenzaron a posar sus ojos en este extraño profesor autodidacta, de barba tupida.
Daniel no vendía aceite, sino que lo canjeaba por comida o regalaba a cientos de pacientes que calmaron sus dolores. El 31 de agosto pasado, Loza murió y cientos de personas lo despidieron en las redes sociales y en su barrio.