La voluntad de Angela Merkel y el gasoducto Nord Stream2 .

Esta situación quedó reflejada durante el encuentro que mantuvo Merkel el jueves en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Joe Biden, durante el cual firmaron la «Declaración de Washington» para iniciar una nueva relación bilateral.

Si no hubiera sido por el empeño de Angela Merkel, la jefa del Gobierno alemán que soportó las críticas del Parlamento Europeo y de Estados Unidos, el gasoducto ruso Nord Stream2, que une Rusia con Alemania, jamás se habría construido en el mar Báltico.

Esta situación quedó reflejada durante el encuentro que mantuvo Merkel el jueves en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Joe Biden, durante el cual firmaron la «Declaración de Washington» para iniciar una nueva relación bilateral.

Después de la tensa relación que vivió con el exmandatario Donald Trump, la canciller alemana recibió el saludo fraternal de Joe Biden, quien aprovechó la reunión para manifestar sus objeciones por la construcción de Nord Stream2.

El proyecto, creado en 2015, debió haberse terminado en 2019. Sin embargo, se aguarda la finalización de las obras para septiembre.

La iniciativa recibió críticas no solo de Casa Blanca sino también de varios países de Europa del Este que temen que Rusia pueda usarlo para eliminar a Ucrania como ruta de tránsito de gas

La iniciativa recibió críticas no solo de Casa Blanca sino también de varios países de Europa del Este que temen que Rusia pueda usarlo para eliminar a Ucrania como ruta de tránsito de gas. Según Biden, Nord Stream2 otorgará más influencia de Moscú sobre el sector energético europeo.

Merkel, de 66 años, que no buscará su reelección en las elecciones legislativas de septiembre tras una gestión de 16 años al frente del Gobierno alemán, mantiene por otra parte una situación tensa con Moscú tras el envenenamiento del político opositor Alexey Navalny, el 20 de agosto de 2020.

Moscú negó cualquier responsabilidad en el hecho. Navalny se recuperó en un hospital en Berlín, tras lo cual decidió volver a Rusia donde fue detenido y condenado a cumplir tres años y medio de cárcel de una sentencia anterior.

Para Noberto Consani, director del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, el conflicto provocado por el oleoducto de gas natural Nord Stream2 «es una disputa estratégica entre Rusia, EEUU y la Unión Europea (UE)»

«Merkel se está yendo de la política mundial con todos los honores, porque ha hecho una gestión brillante. Pero Alemania seguirá teniendo el liderazgo de Europa», dijo el analista en declaraciones a Télam.

Consani opinó que «el gasoducto evidentemente favorece a los alemanes, a los rusos y obviamente está en contra de los intereses estratégicos estadounidenses».

«Naturalmente, la polémica refleja de algún modo las relaciones geopolíticas que se dan entre Rusia y Alemania, un primo entre pares con la Unión Europea. Francia, por otra parte, gobernada por el presidente Emmanuel Macron, no tiene actualmente la misma potencialidad de Alemania en Europa», señaló.

El analista mencionó, además, que «Rusia está construyendo una relación estratégica con China. (El presidente ruso, Vladimir) Putin, desde el punto de vista geopolítico, es brillante».

Merkel, de 66 años, que no buscará su reelección en las elecciones legislativas de septiembre tras una gestión de 16 años al frente del Gobierno alemán, mantiene por otra parte una situación tensa con Moscú

«Está manteniendo relaciones con Beijing, mientras a través de (la península de) Crimea y otros lugares estratégicos trata de imponer su visión en Europa. Y uno de los elementos primordiales de esta política es, por cierto, el gasoducto», afirmó Consani.

En diciembre, durante su rueda de prensa anual, el mandatario ruso aseguró que Nord Stream2 es «sin duda alguna un proyecto absolutamente beneficioso para la economía de Europa».

Financiado por seis compañías, principalmente la estatal rusa Gazprom, junto a cinco sociedades europeas: OMV, Wintershall Dea, Engie, Uniper y Shell, la obra transportará gas para abastecer a 26 millones de hogares.

El envío se hará de manera directa, sin contar con países de tránsito. Pero Ucrania, enfrentado al Kremlin por la península de Crimea, anexada por Rusia en marzo de 2014, afirma que la iniciativa es una «gran amenaza» para su país.

El 12 de julio, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, tras reunirse en Berlin con Merkel, afirmó que le gustaría que el acuerdo que fija que Ucrania es un país de paso del gas europeo no tenga sólo garantías de Rusia, sino también de los socios comunitarios.

Zelensky pidió también que Estados Unidos se involucre en las negociaciones para hallar una salida diplomática a la crisis en el Donbás, la frontera entre Ucrania y Rusia, en el este ucraniano, donde Moscú había estacionado fuerzas militares.

Pese a la presión que existe en el Congreso estadounidense, Biden renunció a aplicar sanciones contra empresas alemanas involucradas en el proyecto Nord Stream2.

«Nosotros estamos juntos y continuaremos juntos para defender a nuestros aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de la agresiones de Rusia», dijo Biden durante la conferencia de prensa que brindó junto a Merkel.

Otro punto de análisis de los dos líderes mundiales fue China.

Merkel defiende un enfoque más cooperativo con Beijing, su principal socio comercial, mientras la Casa Blanca busca ganar el apoyo de Alemania para enfrentar el creciente poder del gigante asiático.

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