La Vicepresidenta agradeció el apoyo de los bloques del Congreso
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner agradeció a los bloques de senadores y diputados del Frente de Todos que le expresaron su respaldo durante un encuentro en el Salón Azul, ante quienes repasó lo ocurrido el sábado en el barrio de Recoleta y convocó a «ponerse atentos» ante el riesgo de que «se quieran llevar sin darnos nada» las riquezas naturales del país, como «alimentos, energía y litio».
En el cierre de la reunión, realizada a puertas cerradas y con la presencia de la mayoría de los legisladores del oficialismo, la titular del Senado criticó a la oposición de Juntos por el Cambio por desatar una «incomprensible represión» y «querer dirimir posicionamientos internos en base a estas cuestiones», en referencia a los cruces públicos entre Patricia Bullrich y funcionarios de Horacio Rodríguez Larreta por la actuación de la Policía de la Ciudad.
Sobre ese punto, la Vicepresidenta cuestionó el operativo que la policía de CABA desplegó sobre la calle Juncal y en las inmediaciones de su domicilio, que tras la colocación de vallas derivó en corridas, palazos y detenciones, y lo consideró una muestra de «irracionalidad e irresponsabilidad en el ejercicio del gobierno».
«Realmente, cuando uno ve a los protagonistas de lo que pasó el pasado sábado, ve que se encuentra con los mismos o casi los mismos protagonistas de lo que pasó en el 2001», aseguró al vincular a algunos dirigentes de Juntos por el Cambio con el gobierno del radical Fernando De la Rúa.
Para Fernández de Kirchner, lo que se vio el sábado en Recoleta fue «esa disputa de creer que la autoridad es apretar, de aprietes, de locura, de la falsa autoridad», y remarcó que «fue la misma (locura) que lo llevó a un presidente en el 2001 a firmar un decreto de Estado de sitio».
Según mencionó la Vicepresidenta, fue el denominado Grupo Sushi «que integraban los hijos del presidente (por Antonio y Aíto de la Rúa) y una ministra que ahora es la presidenta del PRO», Patricia Bullrich, «el que lo impulsó a firmar ese decreto de necesidad y urgencia a De la Rúa para que diera muestra de autoridad y no quedara como un pusilánime».
«A mí primero me preocupa escuchar a alguien que tuvo responsabilidades institucionales y que las tiene desde la política, decir: ‘No importa los costos que pueda tener el ejercicio de la seguridad'», insistió.