La Facultad de Veterinarias proyecta construir su edificio propio en Casilda

La Facultad de Ciencias Veterinarias de Casilda impulsó un ambicioso proyecto que tiene por finalidad la construcción de su edificio propio que, de concretarse, se convertiría en un hecho histórico para la institución.

   Es que desde hace más de cuatro décadas, aunque haya pasado prácticamente inadvertido, la carrera se dicta en instalaciones que pertenecen a la Escuela Agrotécnica General San Martín, cuyo establecimiento también depende de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

   El desafío trazado apunta a realizar la obra en el amplio predio que ambas instituciones comparten entre ruta 33 y bulevar Spangenberg, aunque la definición exacta del lugar surgirá de un proceso de evaluación que involucrará la participación de diversos actores.

   Y ello estará atado a una planificación estratégica integral que responda a necesidades propias y a la vez se adapte a la infraestructura urbana de la ciudad. Así lo indicó a La Capital el decano de Veterinarias y principal mentor de la iniciativa, Mariano Garate, quien instaló el tema en el consejo directivo y ya tiene luz verde para avanzar en gestiones que permitan hacer realidad el anhelado emprendimiento.

   En ese sentido mantuvo fructíferas conversaciones con sus pares de otras facultades y el rector de la UNR, Franco Bartolacci, con quien prevé viajar en breve a Montevideo para visitar la nueva Facultad de Veterinarias que se está construyendo en la capital de Uruguay y que se inaugurará en breve.

   Se trata de la inversión más importante que la universidad de ese país encaró en los últimos 50 años y cuya estructura edilicia podría ser tomada como modelo de referencia para lo que se pretende llevar adelante en Casilda.

   “Desde marzo de 1977 la facultad viene utilizando las instalaciones de la Escuela Agrotécnica, por lo que los espacios tuvieron que ser adaptados a las necesidades de nuestra carrera, aunque no reúnen las condiciones adecuadas para el dictado de clases y ya resulta indispensable construir un edificio propio que responda a las demandas actuales”, explicó Garate.

   En esa línea, sostuvo que si bien la ejecución de esa obra “es una gran necesidad para Veterinarias, también la consideramos una suerte de reparación histórica para la escuela ya que le posibilitaría recuperar lo que le pertenece”.

   Garate explicó que “el hecho de tener que funcionar en lugares que no fueron creados para tal fin implicó, por ejemplo, convertir viejas habitaciones y baños en laboratorios o aulas para dar clases y así nos fuimos forjando y transitando hasta ahora”.

   Esa situación fue la que llevó a tomar la “decisión política de salir a buscar fondos para lograr un objetivo que comparte y acompaña todo la comunidad facultativa”, dijo el titular de la alta casa de estudios, para luego indicar que iniciara gestiones ante autoridades del Ministerio de Educación de la Nación y del área de obras públicas.

   Asimismo, explicó que “la idea es construir un edificio universitario que cuente con todas las normas de bioseguridad y responda a las necesidades actuales en materia académica, científica y tecnológica, con la vista puesta en las próximas décadas”.

   En esa dirección, resaltó que “si bien el diseño arquitectónico estará a cargo del área infraestructura de la universidad, se tendrán en cuenta los opiniones que aporten profesores, alumnos, personal no docente y graduados de la carrera”.

   Además, Garate aseguró que la iniciativa encontró buena respuesta del municipio casildense, que se comprometió a acompañar. “El intendente Andrés Golosetti manifestó su voluntad de trabajar conjuntamente en este desafió que, seguramente, todos los casildenses sentirán como propio ya que redundará en beneficio de toda la comunidad”, explicó.

   Y en esa línea destacó, entre otras ventajas, “la generación de empleo que implicaría la construcción del edificio en favor de la economía local”.

   El decano se mostró satisfecho por el acompañamiento del consejo directivo y las diferentes agrupaciones estudiantiles que militan en la facultad, además de agradecer la predisposición y apoyó del rector así como del resto de los decanos de la UNR. “Siempre sostengo que nosotros celebramos cuando cada facultad tuvo la suerte que le hayan construido un edificio nuevo o algún anexo, razón por la cual ahora resulta grato ver como estamos cosechando gestos de respaldo hacia nuestra iniciativa”, indicó.

   Sobre el viaje a Uruguay, explicó que “más allá de las cuestiones institucionales será una importante visita, ya que tendremos la posibilidad de conocer las nuevas obras de la Facultad de Veterinarias de Montevideo, lo que puede servir de fuente de inspiración no solo en materia de infraestructura edilicia, sino para rescatar una decisión que tuvo sus frutos, algo que nosotros también queremos lograr acá”.

   Consideró que lo proyectado “significa un gran desafío por delante, pero tenemos ganas y la convicción de que podemos lograrlo”, y anticipo que, de prosperar la construcción del edificio, luego se evaluará la posibilidad de crear, en una segunda etapa, un campus universitario para estudiantes. Y también está prevista la construcción de una escuela de graduados para el desarrollo de actividades de posgrado a nivel nacional e internacional.

   La Facultad de Veterinarias de Casilda, que tiene una matrícula de más de 1.500 alumnos, es la única casa de altos estudios de la UNR que todavía no cuenta con edificio propio.

Meta cumplida

La facultad casildense se prepara asistir a un acontencimiento que tendrá lugar durante el transcurso de este mes. Se trata de la puesta en funcionamiento de un colectivo para trasladar a docentes rosarinos que trabajan en la institución. Ello no solo permitirá a los profesores tener a disposición un medio de trasporte sino abaratar costos en relación a lo que gastan, al tener que movilizarse en coches particulares o micros interurbanos. Aunque resta definirse la fecha, está previsto realizar un acto para celebrar lo que será la vuelta de un servicio que había dejado de funcionar hace casi dos décadas, al quedar fuera de circulación un coche que la facultad había adquirido en 1987 y usó durante años para tal función.

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