Jubilados marcharon contra el veto y el ajuste de Milei: «Este Gobierno nos está matando»
Cientos de jubilados y pensionados movilizaron este miércoles desde Congreso a Plaza de Mayo para manifestarse en contra del inminente veto del presidente Javier Milei a la ley que mejora las jubilaciones y en repudio al brutal ajuste que impulsa el Gobierno sobre el sector. La marcha fue reprimida por la policía federal con gas lacrimógenos, empujones y palazos contra los adultos mayores.
La medida de fuerza fue convocada por la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, integrada por más de 30 agrupaciones que representan a jubilados. A la convocatoria se sumaron sindicatos, movimientos sociales, agrupaciones políticas, estudiantiles y autoconvocados.
La jornada comenzó con tranquilidad hasta que la numerosa columna se dispuso a movilizar. En ese momento los efectivos de la federal, que formaron parte de un exagerado operativo para contener una manifestación con promedio de edad de 70 años, empezaron a empujar a los jubilados que intentaban bajar de las veredas a la calle para caminar rumbo a la Casa Rosada. Así se vivieron 5 minutos de tensión donde los uniformados gasearon y golpearon a distintos manifestantes que respondieron con gritos e insultos. Algunas personas resultaron heridas productos de la represión.
«Reprimieron a los jubilados. Pegarle a un jubilado es lo último que podes hacer en la vida. Te tenés que ir Patricia Bullrich, delincuente. Reprimiste a los jubilados. Es un gobierno asesino de niños, jóvenes y jubilados«, denunció a los gritos Mario, un jubilado de 68 años que decidió participar de la jornada de lucha a pesar de reconocer que está mal salud.
«Ellos son así, reprimen porque no tienen otra alternativa. Para robarnos como nos roban a nosotros necesitan la represión», expresó María, jubilada de 65. «Parece que somos peligrosos para el Gobierno. Es un despliegue exagerado. Si hay plata para pagar a estos policías debería haber plata para los jubilados», agregó por su parte Cristina, amiga de María.
Tras negociaciones entre los referentes de la movilización y las fuerzas policiales, la tensión se calmó y se acordó liberar dos carriles de Avenida de Mayo para que la marcha pudiera llegar a destino. Así, cantando canciones y portando carteles que rezaban consignas como «Milei=hambre, nos quiere muertos» y «Si hay veto, hay calle», los jubilados comenzaron a andar por las 20 cuadras que separan el Palacio Legislativo de la Casa de Gobierno.
«¿Por qué marcho? Marcho porque las medidas de este gobierno nos están matando. Por suerte a mi me ayudan mi dos hijos si no con la jubilación no podría pagar el alquiler. Mi calidad de vida desde diciembre para acá bajó muchísimo. Tuve que ajustarme para llegar a fin de mes. No solamente en la comida, también en los medicamentos», contó a C5N Carlos, un hombre de 73 años que se jubiló tras haber trabajado varios años como administrativo en la obra social de PAMI.
La columna integrada de jubilados, agrupaciones y sindicatos superaba 4 cuadras de la media Avenida de Mayo que había habilitado la policía para transitar. Los distintos testimonios compartían un diagnóstico en común: los haberes no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de los jubilados y el veto de Milei a la ley votada la semana pasada por el Senado los condena a la indigencia.
«Los jubilados estamos sufriendo. Nos tuvimos que ajustar en todo. Yo vivo con mi mamá, que es una persona muy mayor con Alzheimer. Necesito ayuda para poder atenderla pero no puedo pagar a alguien para que venga todos los días. Además los medicamentos y los insumos de higiene son muy caros. La situación es imposible», señaló Lélia, una jubilada que tiene que seguir trabajando para llegar a fin de mes. La mujer, de 66 años, marchó con un cartel montado en su bastón trípode que tenía por consigna «No al veto. Arriba los jubilados».
«Todos hemos restringido gastos y cambiado nuestro modo de vida. Todo lo que antes disfrutábamos de la vida hoy se nos acabó Nosotros todavía tenemos para comer pero hay muchos jubilados que están pasando hambre. La plata está pero se la están llevando en pala al exterior. Se llevan nuestros recursos naturales y nos están dejando sin nada. Ese es el principal motivo de la pobreza que hay en la Argentina», respondieron en conjunto una pareja de jubilados que portaba carteles con la frase «El hambre es un crimen de lesa humanidad».
«Desde que empezó este Gobierno tuve que recontra ajustarte. Yo tengo a mi marido que está jubilado pero sigue trabajando. Tengo a mis hijos que me ayudan pero ellos también tienen sus familias y mes a mes sus posibilidades de ayudar se van agotando. Es muy angustiante lo que estamos viendo», indicó Miriam, una jubilada que marchó con la Asamblea de vecinos Boedo.
Los jubilados también desmintieron la versión de Milei y del Gobierno de que las jubilaciones le están ganando a la inflación. «El puede decir lo que quiera, pero todos sabemos que eso no es verdad«, expresó un trabajador portuario retirado. «Es una mentira total. Cualquiera que viva en argentina sabe que estamos perdiendo por goleada. Los servicios se fueron por las nubes, el transporte no se puede pagar. Todo aumenta una barbaridad. Nadie está ganando nada», sumó un docente jubilado.
«El sueldo de Milei le estará ganando a la inflación. Nosotros no llegamos al día 15 después de haber cobrado la jubilación. Es imposible, no nos alcanza ni para nada», puntualizó una exadministrativa. Cuando la movilización llegó a Plaza de Mayo se concentró frente al portón de entrada de la Casa Rosada sobre Balcarce donde se leyó un discurso consensuado entre los distintos espacios.
En el comunicado exigieron que ninguna jubilación pueda estar por debajo de la Canasta del Adulto Mayor por lo que reclamaron una actualización mensual de los haberes atada a la inflación para «evitar que los jubilados sigan siendo víctimas del ajuste de Milei y Luis Caputo. También reivindicaron el derecho a la jubilación para todos los trabajadores, pidieron por medicamentos gratis y repudiaron la desinversión del Gobierno en PAMI y ANSES. Al finalizar el discurso, los manifestantes se desconcentraron pacíficamente.