Imputan por homicidio al sospechoso de haber incinerado a una mujer
El juez Gustavo Pérez de Urrechu imputó a Nahuel S. de 29 años, por el delito de «homicidio calificado por mediar un contexto de genero en calidad de autor» de María del Rosario Vera. El cuerpo de la mujer fue hallado calcinado el 4 de enero de 2018 en un contenedor de Felipe Moré y Gaboto.
El caso lo llevó adelante el fiscal Alejandro Ferlazzo de la Unidad de Homicidios Dolosos y la imputación fue «abordar junto a otros dos individuos a María del Rosario Vera y asfixiarla hasta provocar su fallecimiento. Luego de esto, los imputados abandonan el cuerpo en un contenedor de basura para luego incendiarlo». El juez dictó la prisión preventiva por dos años, lo que indica el plazo de ley.
A pocos días del hallazgo, se entregó en la sede de la Policía Federal un efectivo del Comando Radioeléctrico como supuesto autor intelectual del crimen. En esos días se realizaron tres allanamientos con la intervención directa de la Policía Federal. Dos en domicilios en la zona donde fue hallada la víctima y un tercero en pasaje Bolonia al 4700, en busca de quien sería instigador del homicidio.
El efectivo policial, según testimonios obtenidos en la investigación, tenía una relación sentimental con Vera y estarían vinculados con la venta de estupefacientes, según se indicó desde Fiscalía.
María del Rosario Vera tenía 23 años y sabía que iban a matarla. «Si no vuelvo antes de las ocho vayan a hacer la denuncia», le escribió a su ex cuñada el 3 de enero de 2018. El mismo día dejó a sus cuatro hijos con el padre, de quien estaba separada, le dio los documentos, las tarjetas de Ansés y una mochila con ropa. También le pidió que los cuidara mucho si ella no volvía. Un día más tarde, su cuerpo incinerado y con una soga al cuello apareció en un contenedor ubicado en Felipe Moré y Gaboto, muy cerca de su casa. Por ese episodio hay dos personas imputadas y bajo prisión preventiva. Pero la investigación no se había cerrado hasta la detención de Nahuel S.
Adicciones
María del Rosario era la menor de diez hermanos oriundos de la ciudad misionera de Oberá. Uno de ellos le contó a este diario dos años atrás que la joven había tenido problemas de adicción pero se había recuperado. Desempleada, criaba a sus cuatro hijos con cuatro mil pesos mensuales de un plan social y colaboraba en un merendero del Movimiento Evita. Le hubiera gustado vivir cerca de su madre, en el Fonavi de bulevar Seguí y Rouillón, pero la plata de un subsidio le alcanzó para una casita humilde en Amenábar y Felipe Moré, casi junto a la vía.
Los familiares de María del Rosario la vieron por última vez el miércoles 3 de enero de 2018 cuando pasó a visitar a su mamá, se bañó y al retirarse, sobre las 15, sólo comentó que iba a estar sola en su casa porque dejaría a los chicos con el papá. Dijo además que luego se iría a cuidar a su pareja, un policía al que conocía como «Martín» y estaba internado en un sanatorio.
El 4 de enero de 2018 vecinos de Felipe Moré y Gaboto la descubrieron en un volquete y avisaron a la policía, era Rosario Vera