El último ídolo rojinegro

El Coloso vivió una noche repleta de afectos en la despedida de Maxi, emocionado por tanto cariño

En el minuto 11 del segundo tiempo, justamente su número, se levantó el cartel indicador del cambio. Se sacó el brazalete y caminó lentamente para entregarlo a Pablo Pérez. Compañero de tantos partidos y de tantos momentos felices, como el título de 2013, fue el primero con el que se abrazó. Uno a uno se fueron acercando sus compañeros para repetir el gesto. El partido era lo de menos. Los futbolistas de Banfield miraban con respeto, en tanto los hinchas gritaban, saltaban y aplaudían sin parar.

De pronto se arrodilló y besó el césped del Coloso. Tenía los ojos llenos de lágrimas. No sería la última vez que se lo vería así. Entonces dejó el campo de juego por última vez, se saludó con el árbitro Mauro Vigliano y uno a uno lo abrazaron en el banco rojinegro.

Siguió las alternativas del partido seguramente cruzándole un montón de recuerdos de sus más de 20 años de carrera, los inicios en el baby de Newell’s, yendo a jugar acompañado por su madre y su abuelo, el debut contra Unión en noviembre de 1999 y todo lo que llegó después, la selección argentina, Espanyol, Atlético Madrid, Liverpool, el título de 2013 con la lepra del Tata Martino y el día a día, eso que la mayoría no ve y los jugadores valoran tanto.

Con el final del partido, el hincha olvidó el empate insípido con Banfield y el penal atajado a Belluschi en el tiempo adicional, para expresarle todo el afecto a Maxi. La Fiera se abrazó con sus afectos directos, la esposa y las hijas. Atronó el “Maxi, Maxi” desde las tribunas y el futbolista se tapó la cara con la camiseta sin poder contener las lágrimas.

“No lo voy a olvidar nunca”, atinó a decir Maxi, micrófono en mano. Los compañeros lo arrojaron por los aires y caminó lentamente acompañado de las hijas por los cuatro costados de la cancha para saludar a su gente. Desde las tribunas descendía el “dale campeón, dale campeón”.

El actor Pachu Peña, reconocido fanático de Newell’s, invitó al capitán y a todos los presentes a entonar las estrofas del himno. Cuando concluyó, nuevamente el protagonista de la noche se quebró.

Antes de que Maxi volviera a hacer uso de la palabra, por las pantallas Led instaladas en las tribunas se exhibió un video de excompañeros que lo saludaron. Pasó Lionel Messi, aplaudido a rabiar por el público, además de Gabriel Heinze, Nacho Scocco y Pablo Pérez, otros alentados por fervor. Sebastián Domínguez, el uruguayo Luis Suárez, el Niño Torres y el Kun Agüero fueron otros que se sumaron a las salutaciones para la Fiera.

Antes de la despedida final, Maxi volvió a hablar. Fueron los últimos instantes de una noche que quedará grabada en todo el mundo rojinegro. Entonces sí, llegó el final y se fue por el túnel de donde salió tantas veces y no lo volverá a hacer. Su calidad ya quedó en la historia leprosa.

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