El expresidente sudafricano Jacob Zuma se entregó a las autoridades.
El expresidente sudafricano Jacob Zuma se entregó este miércoles a la policía para comenzar a cumplir una sentencia de 15 meses de cárcel por desacato, informó su fundación.
«El presidente Zuma ha decidido acatar la orden de encarcelamiento. Va camino de entregarse en un centro de los servicios penitenciarios en (la provincia de) KwaZulu-Natal», confirmó la Fundación Jacob Zuma en un breve comunicado, minutos después de que, alrededor de las 23.15 hora local, un amplio convoy de vehículos partiera de la residencia del expresidente, en la provincia de Kwazulu-Natal.
La decisión de Zuma se dio a conocer luego de que sus defensores enviaran este mismo miércoles una carta a la corte, con el objetivo de conseguir un aplazamiento de última hora, lo cual no ocurrió, según informó la agencia de noticias AFP.
Zuma fue condenado la semana pasada a 15 meses de prisión por la Corte Constitucional, por haberse negado a declarar en varias ocasiones en el marco de unas investigaciones por corrupción en el Estado durante 2009 y 2018, años en que duró su mandato.
En el mismo dictamen, el tribunal dio al expresidente cinco días para entregarse a las autoridades y comenzar a cumplir su condena; si no lo hacía, la policía tenía órdenes de detenerlo en tres días como máximo y llevarlo a prisión.
Media hora antes del vencimiento de ese plazo y con la advertencia de un cuerpo policial que estaba listo para detenerlo, una caravana de vehículos salió de la residencia de Zuma en Nkandla.
Tres días antes, el domingo por la noche, Zuma ofreció una conferencia de prensa y comunicó que no se entregaría, desatendiendo la orden de la corte.
«El haberme sentenciado sin juicio debería chocar a todos los que defienden el estado de derecho; el estado de derecho no es más duro con quienes nos disgustan por algún motivo; Sudáfrica está volviendo al Apartheid», sostenía, citado por la cadena pública sudafricana SABC.
Zuma, de 79 años, argumentó que su vida podría correr peligro en la cárcel por su avanzada edad y su mala salud, y adujo que no tuvo oportunidad de argumentar para mitigar la sentencia.