Central vuelve a meter los pies en el barro

La indiferencia con la que los hinchas despidieron al equipo tras la derrota ante Independiente fue el ejemplo más cabal de las sensaciones que gobiernan hoy en Arroyito, con un Central que no sólo no contagia sino que no reacciona. Y ya es tarde para reacciones. Ahora, las respuestas que la situación amerita deberán llegar en la próxima temporada, cuando el canalla comience a jugar ya con la soga al cuello. Es que eso fue lo que dejó la caída de ayer en el Gigante, la reafirmación de un proceso futbolístico en clara decadencia, que llevó a que el equipo metiera los pies en el lodo de la lucha por la permanencia. Central ya tiene un horizonte claro en cuanto a objetivos. A lo que deberá hacerle frente es a la pelea por no descender. Así de simple. Así de contundente. Todo por una temporada en la que las respuestas brillaron por su ausencia, con Bauza primero, con Ferrari después y ahora con un Cocca que tampoco las encuentra (quizá por ello la rápida frase “muchas gracias, buenas tardes”, a los poquitos minutos de iniciada la conferencia en la que él debía responder por el pésimo partido del canalla) y que será el responsable máximo de hallarlas cuanto antes.

Hoy las sensaciones se mezclan en Arroyito. Hay lugar para la satisfacción porque el torneo llegó a su fin (“Es bueno que esto se haya terminado”, admitió Ortigoza), pero lo que rodea a eso y más peso tiene es la bronca y la angustia por saber que de aquí en más no habrá lugar para apuestas rutilantes. De hecho el canalla está sufriendo incluso la Copa Libertadores, a la que ya nadie parece prestarle atención. Sólo habrá lugar para el razonamiento de que el leit motiv será quedarse en la máxima categoría.

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