Cada vez más rosarinos se convierten en donantes voluntarios de sangre
Los especialistas estiman que nueve de cada diez personas necesitarán una donación de sangre en algún momento de sus vidas, para ellos o para alguien muy cercano. La sangre es un elemento vital que la industria farmacéutica aún no ha podido reemplazar, y por eso resulta clave que todas las personas —mayores de edad y en buen estado de salud— se conviertan en donantes voluntarios. En Rosario, la cultura de la donación de sangre está cada vez más extendida: el año pasado un cuarto de las personas que llegaron a los consultorios del banco de sangre del Cemar lo hicieron en forma voluntaria. Cada una dejó allí treinta minutos de su tiempo y unos 450 centímetros cúbicos de glóbulos rojos, plaquetas y plasma que permitieron salvar la vida de otras tres personas. Ni más ni menos.
La mayoría de los donantes de sangre llegan a los centros de salud cuando familiares o amigos necesitan de una transfusión. Sin embargo, desde hace unos diez años, la Secretaría de Salud Pública municipal y organizaciones sociales empezaron a desplegar campañas y colectas en espacios públicos para lograr lo que se denomina una «comunidad donante», donde la donación de sangre se convierta en una acción voluntaria, regular, altruista y desinteresada.
La insistencia está dando resultados. El área de donación de sangre ubicada en el segundo piso del Cemar, el centro de especialidades médicas de San Luis 2020, es el que concentra el mayor volumen de donantes en el ámbito de la salud municipal. Hasta allí, de acuerdo a estadísticas del municipio, el año pasado llegaron 4.116 personas, de las cuales 1.208 lo hicieron en forma voluntaria.
En la Secretaría de Salud afirman que existe un crecimiento en el número de donantes voluntarios. Sin embargo, reconocen, aún está lejos el objetivo de que el 100 por ciento de la sangre y hemoderivados provenga de la donación voluntaria, programada y regular.
Toda persona mayor de 18 y en buen estado de salud puede ser un potencial donante (ver aparte). La extracción no dura más de media hora y, al final del procedimiento, la unidad recolectada, de unos 450 centímetros cúbicos, será un elemento crucial para el tratamiento de unas tres personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que las donaciones de sangre «contribuyen a salvar vidas y a mejorar la salud», entre otros, de mujeres con complicaciones obstétricas, niños con anemia grave, personas con traumatismos graves, víctimas de accidentes o catástrofes naturales, pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas y médicas complejas, y enfermos de cáncer.
Pero como, a diferencia de los antibióticos, la sangre no puede producirse en laboratorios y sólo se puede conservar durante un tiempo limitado, «las donaciones regulares de sangre son imprescindibles para garantizar la disponibilidad segura en el momento y el lugar en que se precise».
Sostenidos
Para los funcionarios de Salud, el incremento en el número de donantes voluntarios tiene que ver con las acciones que se realizan tanto en la centralización de las donaciones en el Cemar, como en el sostén de los programas de promoción, educación y colectas externas que involucran a toda la sociedad hacia la donación «como un hábito responsable, un deber ciudadano y un gesto solidario», entre otras cosas.
Para el secretario de Salud, Leonardo Caruana, es importante el aumento de donantes voluntarios para progresivamente ir dejando atrás la donación por reposición «y evitar las situaciones que se viven en los hospitales cuando, en un momento dramático, los familiares tienen que salir a buscar sangre para una persona querida que está pasando una situación crítica», sobre todo en el verano cuando menos gente se acerca a los servicios de donación.
Por eso, explica, se promueve la donación que se realiza dos veces al año, en forma programada, voluntaria y solidaria «como un gesto que salva vidas» y destaca el acompañamiento de organizaciones como Rosario Solidaria, Donemos Vida y Tu sangre da vida con quienes se realizan jornadas de donación en plazas, ferias y espacios públicos con el objetivo de generar otro vínculo con la población y fomentar la toma de conciencia.
El funcionario destacó además que el año pasado se incorporó un puesto fijo para la donación en el Cemar, al que se dotó además de una máquina para separar las plaquetas del resto de los componentes sanguíneos a través de la técnica de aféresis, lo que permite la donación de plaquetas que son destinadas a pacientes que requieren grandes cantidades de dicho componente, fundamentalmente pacientes oncológicos.
Durante el proceso de donación, la maquina de aféresis extrae la sangre de un brazo, la centrifuga (separa las plaquetas) y el resto de la sangre (glóbulos rojos y plasma) se devuelve al donante por el otro brazo. Esto permite colectar de una sola persona el equivalente a 12 donantes.
gesto altruista. Una joven se suma a una campaña de donación que se montó en la Calle Recreativa.