Azerbaiyán toma el control de varias aldeas en la frontera con Nagorno Karabaj.
El Ejército azerí tomó el control de varias aldeas de la región de Cebrayil, en la frontera con Nagorno Karabaj, informó este lunes el presidente Ilham Aliyev, horas después de que los Gobiernos de Azerbaiyán y Armenia incumplieran su segundo alto el fuego desde la escalada de tensiones entre ambos países el 27 de septiembre pasado, mientras el Consejo de Seguridad de ONU exhortó a las partes a respetar ese cese de hostilidades.
«Las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán han liberado de la ocupación las aldeas de Soltanli, Amirvanli, Masanli, Alikeykhanli, Kumlaq, Hacili, Goyercin Veyselli, Niyazqulular, Kechalmamedli, Sahvelli, Haci Ismayilli, Isaqli de la región de Cebrayil», comunicó Aliyev a través de Twitter.
El sábado pasado ambas partes habían acordado una tregua humanitaria en la zona del conflicto en Nagorno Karabaj que debía regir desde la hora cero de ayer.
La decisión fue tomada a raíz de los acuerdos logrados en las negociaciones del 10 de octubre en Moscú y tras las reuniones de los copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) del 1 y del 5 de octubre.
Tras entrar en vigencia la segunda tregua humanitaria entre ambos países, Aliyev denunció a Armenia de violar este alto el fuego, informó la agencia de noticias Europa Press.
Azerbaiyán y Armenia se acusan mutuamente de atacar población civil
«Después de las 00.02 del 18 de octubre las Fuerzas Armadas de Armenia, en grave violación del alto el fuego temporal acordado, bombardearon varias localidades y posiciones de Azerbaiyán con artillería pesada», manifestó.
Mientra tanto, los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llamaron a Armenia y Azerbaiyán a que respeten el nuevo alto al fuego, durante una reunión celebrada este lunes para tratar sobre la tensa situación en la región.
En su sede de Nueva York, el Consejo mantuvo discusiones a puerta cerrada sobre este conflicto que deja cientos de muertos desde que los choques comenzaron el 27 de septiembre.
Nagorno Karabaj, poblado de más de 140.000 habitantes, de los cuales el 99% está conformado por armenios cristianos, se separó de Azerbaiyán, país musulmán chiíta de habla turca, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, lo que dio lugar a una guerra que dejó 30.000 muertos.
Armenia se hizo con el control de todo el enclave de Nagorno Karabaj y de siete distritos colindantes en suelo azerí durante la guerra con Azerbaiyán.
Desde entonces, los esfuerzos de mediación de Rusia, Francia y Estados Unidos, copresidentes del Grupo de Minsk en la OSCE, no lograron resolver el conflicto por la soberanía de esta región.
Azerbaiyán sostiene que está combatiendo para recuperar el control de un territorio que le pertenece y que está reconocido así a nivel internacional.
Armenia, por su parte, mantiene que está defendiendo el derecho de autodeterminación de la región de Nagorno Karabaj.
Las hostilidades, en las que las partes beligerantes llegaron a usar blindados, artillería, aviación y sistemas de misiles por primera vez desde la guerra de 1992-1994, provocó centenares de bajas militares y decenas de víctimas civiles.
Desde 1994 rige un alto el fuego interrumpido a menudo por enfrentamientos, pero pocos tan violentos como los que se iniciaron el 27 de septiembre de este año.
La reanudación de los combates hace tres semanas dejó cientos de muertos o incluso más, con cifras que se hacen difícil de precisar ya que cada bando afirma haber matado a miles de enemigos y la ayuda humanitaria hasta ahora no pudo tener un acceso a la zona.
Hace una semana se logró acordar un alto el fuego, gracias a la mediación de Moscú, pero ese cese de hostilidades nunca se cumplió y, por el contrario, el conflicto se intensificó.
Turquía, principal aliado de Azerbaiyán, acusó a Armenia de «crímenes de guerra».
La Unión Europea (UE) lamentó por su parte estos ataques y llamó una vez más a «todas las partes a dejar de atacar a los civiles».
Además de una posible crisis humanitaria, la comunidad internacional teme que el conflicto se internacionalice: Turquía apoya a Azerbaiyán y Armenia, que respalda financieramente a los separatistas, forma parte de una alianza militar con Rusia.