Aerolíneas Argentinas apuesta a dejar atrás la pandemia y, en 2021, comenzar el despegue.
Las aerolíneas perderán 66 dólares por cada pasajero que viajó este año, en tanto que el transporte aéreo global tendrá un rojo de unos 118.500 millones de la misma moneda.
La estimación fue realizada a fines de noviembre por la Asamblea General de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que reúne a unas 290 compañías de 120 países, y da cuenta del estado de cosas en uno de los sectores más golpeados por la pandemia.
“Estamos frente a la mayor crisis de la historia en la industria aérea”, explican a Télam voceros de Aerolíneas Argentinas, quienes detallan que “el impacto ha sido muy grande, con una caída superior al 90% en cuanto a pasajeros transportados”. Desde marzo y hasta el 22 de octubre la aerolínea de bandera sólo operó vuelos especiales hacia el exterior y, dentro de la Argentina, aquellos autorizados por los gobiernos provinciales.
2020, el año de las mayores turbulencias
Este año Aerolíneas realizó 42 vuelos a China para traer insumos médicos. “Aprovechamos la capacidad ociosa en esos vuelos para transportar a la ida productos como cerezas, arándanos y vinos», dicen en la empresa.,
La crisis en el sector, calificada como “devastadora e implacable” por el director general de la IATA, Alexandre de Juniac, encontró a Aerolíneas Argentina en un proceso de recuperación, después de que la compañía había sufrido una merma en la cantidad de aviones en funcionamiento, resignado rutas internacionales y visto crecer su déficit durante el período 2015-2019.
Sin embargo, el proceso de recuperación iniciado a fines del 2019 puede ser el punto de partida para sortear la crisis provocada por el Covid-19. El fortalecimiento de la flota, la recuperación de rutas internacionales, la fusión con Austral y la apuesta a una mayor participación en el transporte de carga son algunos de los puntales para la etapa post-coronavirus.
Desde la compañía que conduce Pablo Ceriani señalan que “2021 será un año de transición, en el cual la industria deberá recuperar la confianza para salir adelante”. Aunque evalúan que esto “dependerá de factores exógenos, como puede ser la vacuna, pero también de las transformaciones que se realicen para convertir en sustentable una industria que de por sí tiene márgenes de rentabilidad muy bajos”.
Se espera que los primeros indicadores de recuperación lleguen para el último trimestre de 2021. Mientras tanto el desafío es reposicionarse en un mercado en constante transformación, donde la disminución en la circulación de personas y la caída del turismo ponen en jaque a la mayor parte de las compañías aéreas del mundo.
Abrochándose el cinturón
En septiembre y para celebrar sus 70 años, Aerolíneas Argentinas pintó un Boeing 737 NG con un diseño retro, de los años 80.
El rebrote del coronavirus en casi todo el planeta y el lento pero lógico proceso de vacunación para combatirlo colocan al “regreso a la normalidad” entre signos de interrogación. Las aerolineas miran con sozobra un horizonte por lo menos incierto, donde el fantasma de la quiebra se cierne sobre muchas compañías del sector. Sin embargo, en Aerolineas Argentinas confían en la capacidad de resilencia que históricamente demostró la empresa.
Es que la compañía pudo sobrevivir al proceso privatizador de los 90 (donde fue controlada por la española Iberia), al desaguisado del Grupo Marsans entre 2001 y 2008 (Aerolíneas volvió a ser pública en diciembre de 2008) y a la política de achicamiento desarrollada por el gobierno de Mauricio Macri entre 2015 y 2019.