Barbra Streisand: nuestros años felices junto a su voz
Desde su primer trabajo, “The Barbra Streisand Album” (1963), a sus 21 años, la multifacética artista neoyorquina impuso un estilo único. Aquí un homenaje a medio siglo del que seguramente es su disco más emblemático, «The way we were», más conocido como «Nuestros años felices».
Hace 50 años, en los primeros días de enero de 1974, Barbra Streisand volvía a fascinar al mundo con su disco “The Way We Were”. Era el título de la película de Sidney Pollack que la cantante y actriz había protagonizado el año anterior junto a Robert Redford, conocida aquí como “Nuestros años felices”, y de la canción principal del filme, interpretada por ella.
Su personaje, Katie Morosky, mostraba a una mujer que eligió ser ella misma, una activista política, por sobre el amor a Hubbell Gardiner, el personaje encarnado por Redford que no compartía ni comprendía la incansable lucha por sus ideales.
Desde su primer trabajo discográfico “The Barbra Streisand Album” (1963), a sus 21 años, esta artista llevó a cabo la dirección artística de cada una de sus producciones discográficas; logró ser una de las primeras artistas femeninas con las mayores ventas de todos los tiempos; por su condición de cantante y actriz de talento infinito, antes de sus 30 años ya había alcanzado el máximo reconocimiento del mundo de la televisión, música, cine y teatro estadounidense, el llamado EGOT: Emmy, Grammy, Oscar y Tony; once de sus discos solistas fueron número uno en las décadas del 60, 70, 80, 90, 2000 y 2010, abarcando un período de más de sesenta años de vigencia, en los que su voz no solo se destacó cantando, (y recientemente, narrando su propia vida en su imperdible autobiografía “My Name Is Barbra” publicada el año pasado) sino también para alzarse en defensa de los derechos civiles, de la comunidad LGTB, de la igualdad de género.
«Hubbell, las personas son sus principio»s, dice Katie Morosky, el personaje de «Nuestros años felice»s. Es la voz de Barbra Streisand quien lo dice.
«Chica rara»
“Barbra hace que cada canción suene como una obra de teatro en tres actos, bien escrita e interpretada de manera asombrosa en tres minutos”, decía de ella Jule Styne el compositor de “Funny girl”(«Chica rara»), la primera película donde Barbra hizo su debut cinematográfico, una adaptación del musical que ella misma había protagonizado en Broadway, y por cuya actuación ganó el Oscar a la Mejor Actriz en 1969.
“Funny girl” sería el puntapié inicial de una gran carrera en la pantalla grande en la que esta actriz y cantante interpretará a más de veinte personajes de lo más variados, y donde inclusive hará hasta de ella misma. “Hello, Dolly”, “Gypsy”, “Nace una estrella”, “Yentl”, “Los Fockers” son algunos de sus éxitos a través del tiempo.
La estrella que ya había nacido
Barbra Streisand es la primera compositora en ganar un Premio de la Academia, por su canción “Evergreen” de la exitosa película de 1976 “Nace una estrella”.
“Me encantó hacer esa película durante los años setenta cuando las mujeres empezaban a sostener la necesidad de que hubiera igualdad. Y yo quería que el personaje femenino tuviera ese espíritu feminista”, cuenta Barbra, quien cuando compuso esa canción, jamás pensó que sería un hit. Quizás tampoco imaginó lo que vendría: su segundo Oscar, esta vez por la categoría de mejor canción original.
Barbra directora
Dentro de lo que fue su carrera cinematográfica, su trabajo como directora merece un capítulo aparte.
Su debut-gran debut- detrás de cámara fue con “Yentl” (1983), toda una novedad para la época que una mujer produzca, escriba, dirija y protagonice una película a escala mayor en la industria. Si bien según ella misma admite, todas las películas que dirigió son obras de amor, Barbra tiene un cariño especial por «Yentl».
Una historia ambientada en 1904, que trata sobre una joven judía que quiere estudiar en el ámbito académico en épocas en que no se admitían mujeres, y se hace pasar por hombre para poder acceder; la celebración de la mujer y de lo que puede llegar a ser, quedó retratado en este filme, al que le seguirían otros dos dirigidos también por ella: “El Príncipe de las Mareas” (1991) y “El amor tiene dos caras” (1996).
Tanto “Yentl” como “El príncipe de las Mareas” obtuvieron cinco y siete nominaciones al Oscar respectivamente, pero en ninguna se la propuso a ella como candidata a mejor directora, algo que Streisand vinculó, muchos años más tarde en una entrevista en el Tribeca Film Festival, al machismo de la industria, reticente a aceptar directoras mujeres.
La cantante que hizo historia (e hizo lo que quiso)
Su primer disco, “The Barbra Streisand Album”, obtuvo a falta de uno, dos premios Grammy en 1963, incluido Álbum del Año, lo que la convirtió en ese momento en la artista más joven en recibir ese premio. Lo había hecho a su manera, sin aceptar reglas establecidas: en su contrato con la discográfica había incluido una cláusula para tener absoluto control artístico sobre la elección de su repertorio, para deshacerse del compromiso de tener que seguir las modas; y su forma de cantar no había aceptado las lecciones de una coach vocal que le criticaba su pronunciación, y le marcaba que las vocales debían ser cortas para lograr el tono.
Desde entonces, siempre fiel a sí misma como marca registrada, apostó a su talento e intuición más allá de toda moda, como cuando lanzó a mediados de los 70 su álbum “Classical Barbra” con canciones y arias clásicas acompañada por la Orquesta Sinfónica de Columbia, o cuando en pleno 1985, quiso hacer un álbum con canciones de Broadway que incluso tenían partes de diálogos. En la industria le decían que un disco con esa temática no iba a vender; que nadie deseaba escuchar viejas canciones, pasadas de moda. ¿Qué sentido tenía arriesgarse a hacer algo diferente? No obstante, su disco “The Broadway Album” llegó al puesto número uno en ventas.
Sucede que Barbra venía de grabar álbumes muy pop como “Guilty” con Andy Gibb y “Superman” que habían sido muy exitosos. Incluso antes, con canciones como “No More Tears (Enough Is Enough)” su single de 1979 junto a Donna Summer que Barbra, como diría entre risas años después, “cantaba cuando intentaba estar en onda en los 70”.
Esa y otras canciones de las más escuchadas como “Woman in love” (1980), “Memory” (1982) o “Somewhere” (1985), entre tantísimas otras que a través de los más de 50 discos que grabó en su vida, conforman el universo de esta artista de talento interpretativo infinito.